Revista Conexos

Una revista de arte y literatura, sin fronteras generacionales ni geográficas

En el borde y otros poemas

FÉLIX ANESIO

 
En el borde
 
De todos los desiertos que habito,
ninguno tan cruel,
como el de la palma de mi mano.
Aridez surcada por gastados laberintos
que proclaman, de algún modo,
que he amado
que he procreado
que he vivido.
Ay de mí, al contemplar, imperturbable,
esa fecunda aridez extendida hacia lo alto.
Hacia un cielo, ya sin nubes, que derrame
generoso, la gota de lluvia indispensable
que permita cantar mi último verso.
En el borde de la palma de mi mano
yace un abismo insondable, que me espera.
 
 
 
Ansias
 
Mis párpados
caen
como cortinas
del ocaso
llevándose todos
los colores
las texturas
y las formas.
Mis párpados me
arrastran
hacia un mar terrible
distante
de mi piel
donde sólo habitan
impalpables
los sueños.
Mis sueños
nada dejan
me traicionan
alevosos
dibujando otras vidas
a mi vida.
Y cada noche
endemoniada
suceden esos
raros excesos
sin poder apenas
evitarlo.
Ansío la noche única
y definitiva
en la que no pueda
sino yacer
bajo el fuego de otra piel
apasionada
que se funda por siempre
con la mía
Sin párpados cerrados
y sin sueños.
 
 
 
Legiones

a Tatiana Inguanzo

A veces siento
un arrebato de ternura
de darme todo entero
y sin ambages
como si fuese célibe
como si fuese virgen
y verter
sobre tu cuerpo
iluminado por el ímpetu
la simiente de todas
las castas de los hombres
que me habitan
y en legiones
ahora incontenibles
se desatan
en amores
por ti.
 
 
 
Otoño en Tennessee

Two roads diverge
in a yellow wood.

R. Frost

Imágenes de Oro y Fuego
En mi memoria.
Y el vibrante recuerdo del aroma del viento.
De un caminito sinuoso en la montaña.
Del sabor a vida de la leche más pura.
De este afán de ser indio para siempre.
De contemplarlo todo
como un niño.
Y el canto del arroyuelo bajando
apresurado
entre las piedras
hacia este día de hoy
dónde sólo anidan
las ausencias.
Yace en mi mano la hoja de arce
Oro y Fuego
antiguo atesorado en las páginas
de un álbum que evoca
estas memorias.
Sin advertir que para mí,
ya no habrán,
otros otoños.
 
 
 
La cosecha

Gaudeamus igitur…

¿Por qué no regocijarnos y cantar las mieses
de la cosecha que hemos sido, inexorablemente?
¿Por qué no sentir orgullo; quién lo impide?
¿Por qué víctimas y no hacedores
de nuestras propias vidas soberanas?
Porque a pesar de los pesares —allá en la Isla—,
nos hicimos más fuertes, estoicos, solidarios;
sobrevivientes hermosos de una gesta impropia.
¡No hay generación que no lamente,
de algún modo, no haber hecho más
de lo que pudo!
Habiendo, pues, echado al fuego la cizaña:
¿Por qué no celebrar la cosecha con un canto?
 
 
 
Linaje
 
Celebro haberte conocido.
Y he sido feliz al tropezarme
con piedras como vos,
en este río discursivo que es la vida.
 
Antes ya vi algunas, no tantas, lo confieso.
Más hoy te veo a ti, y si mañana parto,
se ha de repetir la magia de estos raros encuentros
de la estirpe de piedra viva, a la cual pertenecemos,
inexplicablemente.
 
 
 
La canción del punto
 
Es un mínimo signo ortográfico.
Todo un enigma, un arcano
que en sus pretensiones alegóricas
pretende ser un rutilante Aleph,
pero no lo consigue.
Es solo un punto decadente y lánguido
—como nunca lo fuera Marcel Proust—
Es, quizá, una leve pista que intente
resolver los aterciopelados entreveros
de un filme de David Lynch
visto ayer tarde en compañía
de una vieja amistad que se deshace.
No será entonces, una diatriba final;
tampoco el cierre de crónicas pasadas.
Es sólo un unánime punto, solitario y falaz.
Aunque bien podría ser
—redimiéndose a sí mismo—
parte de una exclamación
al estilo expresivo de Cioran;
y entonces significarlo todo:
inicio
sucesión
y fin
de nuestra vida.
 
 
 
Efímero
 
Todo es efímero, banal, pérdida, ausencia. El hombre nunca será flor radiante,
nunca cielo, nunca estrella.
Quizás no seamos ni siquiera eso:
la indispensable gota de rocío,
esa que escapa furtiva
tras el primer rayo de sol enamorado.
 

Felix Anesio foto de Ulises Regueiro

Félix Anesio. Foto: Ulises Regueiro

Félix Anesio. Guantánamo, Cuba. 26 de Abril 1950. Ingeniero de profesión. Ha publicado el libro de relatos Crónicas aldeanas y la versión en inglés A Tale of  Two Villages. Sus relatos y poemas han sido publicados en revistas como Linden Lane Magazine, EE.UU., La Otra Costilla, de Chile, etc.; así como en varios blogs especializados y revistas digitales. Ha sido reseñado en el Diccionario de Escritores Guantanameros, 2011 de la Edit. El Mar y al Montaña, Cuba. Es bloguero (www.cronicasaldeanas.blogspot.com) y prologuista. Actualmente prepara un poemario.

2 comentarios el “En el borde y otros poemas

  1. felix anesio
    10/02/2013

    honrado de haber sido publicado en esta prestigiosa revista. muchas gracias.

  2. Diana M Reyes
    12/02/2013

    Honrados nosotros los lectores de estar en la presencia de un magnífico poeta como Félix Anesio, y estos versos lo muestran una vez más. Gracias por publicarlos.

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Esta entrada fue publicada el 10/02/2013 por en Poesía.