Revista Conexos

Una revista de arte y literatura, sin fronteras generacionales ni geográficas

Autorretrato y otros poemas

MARÍA ELENA HERNÁNDEZ CABALLERO

 

Autorretrato 

Sobre esta cerca mi escasa humanidad.
De piedra los brazos la garganta.
De paja el alma y el sombrero. Rotativos
los ojos. Vigila sin arrugas, sin estrés, sin hallazgos.
El frío, el ocio, las tardes no me tocan.
Por aquí de largo pasan
el mendigo, el cura y el espía.
 
Crece con la orgía la vela que me enciendo.
En los campos de mi camino enterré mi amor.
Nadie me desvista ni me quite nada.
Todavía soy mi propio buitre.
 
 
 
Otra pregunta
 
¿A dónde van las palabras
después que se las lleva el viento?
¿Caen,
como pensaba Emily Dickinson,
en alguna matriz?
¿O nos sumergen
en un plato de sopa
como le ocurrió a Olga Orozco?
 
Una vez dispersas,
¿dónde se mantienen alertas?
 
Es domingo, estoy perdida.
Me gustaría pasar revista a ese discreto ejército.
 
Tal vez si paseo con mis muertos por la plaza
y los niños me gritan
y juegan a la rueda rueda
que sí tengo palabras.
Que sí puedo.
Que sí puedo partir.
 
Vuelvo a mi armadura, mi celda medieval.
Existe una matriz y es la desesperanza.
Tapemos mi nombre.
Y ya.
 
 
 
En exposición
 

¡Eras allí, hipopótamo,
otra vez, Venus!
F. G. Marruz

 
A veces sorprende
la incongruencia
humana.
Ya lo vi: a Venus
en un hipopótamo.
El hipopótamo
intuyendo el fugaz
enamoramiento
interrumpe la rutina.
Arrastra las patas
fuera del agua.
Dice que no aceptará
migajas. Quiere
que me mude con él.
Que deje todo.
Incluso de reproducir
esa inútil historia.
O terminará
arrastrándome por el fango
antes de que los límites
se confundan.
 
 
 
Teatro guiñol
 
Noche cerrada.
Ellos y yo recién
llegados, saltando
sobre las tablas.
Disfrazados
de Quetzalcóatl.
360 escalones y
a la cima no llego.
Estoy agotada
para mutar.
Imposible la bajada.
Menos reptando.
 
Que alguna vida tuvimos,
está permitido soñar.
Sólo por esta noche, títeres.
 
 
 
Pregunta con antorcha
 
¿El futuro con su caja de pandora cuándo llegará?
¿Cuándo seremos envidiados por esta fatiga?
Para pasarles la antorcha necesitamos a los nuevos atletas.
De lo contrario abandonaré la carrera. Y los desilusionaré a ustedes.
Y a los atletas del futuro.
 
 
 
Viento Sur
 
Tierra, oye ese grito.
La noche escapó con el primer asesino.
Otra noche gemela ahora dobla la esquina.
A los árboles se le secaron las ramas.
Y la yerba planifica otro asalto.
Tierra, bajo tu pistola,
solas mi sombra y yo seguimos caminando.

María Elena Hernández (Foto tomada de Facebook)

María Elena Hernández (Foto tomada de Facebook)

María Elena Hernández Caballero. (La Habana, 1967). Ha publicado: Donde se dice que el mundo es una esfera que dios hace bailar sobre un pingüino ebrio, poemario con el que obtuvo el Premio David en 1989; Elogio de la sal (Santiago de Chile: Editorial Cuarto Propio, 1996) y Electroshock-Palabras (Argentina: Editorial La Bohemia, 2001). Poemas suyos aparecen incluidos en las antologías sobre poesía cubana actual: Un grupo avanza silencioso (México D.F.: Ed. UNAM); Retrato de grupo (La Habana: Ed. Letras Cubanas); El pasado del cielo (Colombia); Álbum de poetisas cubanas (Cuba), entre otras, así como en diversos diarios y revistas literarias latinoamericanas, españolas y de Estados Unidos. Mantiene inéditos la novela Libro de la derrota y el poemario La rama se parte. En 1994 llegó a Chile donde residió algunos años y fue cofundadora de la Editorial Las Dos Fridas. Reside desde el 2000 en Buenos Aires, Argentina.

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Esta entrada fue publicada el 15/06/2013 por en Poesía.