Cuentas de sal
Desgrana, oh Boabdil
tus cuentas de sal sobre el alhambra
y trae a tus pupilas de palmera
el rugir de los leones junto al agua.
Sórdido el tiempo escribe su historia
sobre el acero de la vieja espada,
no viene al caso decir sortilegios
sobre una copa de gotas amargas.
llora ,oh Boabdil la piel de granada
como espejismo perdido en la vega
la soledad puede ser una fiesta
o un funeral de sueños en hilera.
Ahora el viento esculpe en las dunas
sobre el salitre otra orilla prestada;
llora Boabdil su llanto de piedra
en la memoria de eterno mañana.
desgrana, oh Boabdil
tus cuentas de sal sobre el alhambra.
En Granada
Por mirar los nardos Federico
ya las balas escribieron el último poema
y el llanto de los olivares se desangro en tu cara.
No habrá un carro de aguas negras para tu postrero viaje
solo el silencio con tu nombre en la garganta
que pondrá sobre tu cuerpo el recio manto de España.
Granada llora aceitunas sobre la vega cansada
y un lamento se descuelga de las torres del alhambra
y va a parar a las casas donde viven los gitanos
dando gritos las navajas tajadas de pena vierten
en el yunque se ha dormido tu sonrisa para siempre.
Por mirar los nardos Federico.
Auto de fe
Todo al fuego!
a arder con los leños de la ira
en la cabellera naranja de las llamas
que como un lobo vengador y hambriento
hundirá sus colmillos en el lomo mendaz
y la sierpe infeliz de la codicia.
Tira todo y más, el paquidermo de la arrogancia,
los pigmeos de la mediocridad,
si no te basta
entra descalzo en la hoguera
y sube por la escala del humo
para quemar el cielo.
Déjame ser la antorcha
apretada en tu mano
Tambor
Un horizonte de tambores respira sobre los cañaverales
con un aliento de grillos.
Un fantasma de vientos etílicos desgarra el velo de la niebla
para descubrir unos ojos agazapados como panteras negras .
junto al fuego los dioses dibujan con todos sus colores
una acuarela danzante con garganta de tabaco y aguardiente.
Sobre la piel del mundo un pueblo deshoja sus penas
en baile ancestral donde vivos y muertos se hacen coro
para acallar los ladridos de los perros de los ranchadores
que colgados del tiempo resuenan todavía.
La noche oscura del áfrica sobre la sábana blanca
pinta los colores nuevos, ríe, baila, canta, canta.
Eros invocatio
Mis manos son la lluvia sobre tu piel sedienta,
las yemas de mis dedos recogen de tus cumbres
los botones abiertos, anhelantes, turgentes.
Caigo sobre tus campos como la primavera,
te inundo como el Nilo y te cuento los poros
con un aliento torrido que te quema el silencio
en un gemido suave tan leve como un petalo.
Vengo de las arenas a beber de tu fuente
en un ritual antiguo que me quema los labios
con mi lengua despierto la hoguera que florece
en un húmedo chorro de llamas que palpitan;
soy un temblor de hoja con ímpetu de sismo;
voy entrando a tu templo como un alucinado;
me aferro a tus columnas,
y deflagro en tu cielo como una supernova.
Exaltación de la sombra o el canto del condenado
La tiniebla es una mujer desnuda envuelta en tul,
es mas poderosa que todas las naciones,
me devuelve el paraíso a espaldas de Dios
en un rugido que desafía a todos.
en tu boca el dulce sabor de lo vetado
derriba las murallas que flotando en el tiempo
los días nos legaron.
amo la oscuridad, no quiero resistirme,
voy pisando las sombras tras el sonido terco
de su flauta de oro y sus labios infames.
me pierdo en el camino
con la angustia de un verso inevitable y torvo.
voy cantando al abismo sin volver la cabeza.
Gacela de la novia
No importa que tu alma
sea un campo de batalla.
Da igual a qué Dios dirijas tus plegarias,
ya no te atormenten las mordidas del miedo.
No tiene caso, si al final,
como una novia fiel,
la muerte te esperará
toda la vida.
(Rolando Germán Santini)
Rolando Germán Santini (La Habana, 1964). Poeta, videasta, y artista gráfico. Llegó a los Estados Unidos en el año 2005. Ha publicado poemas en revistas digitales y tiene a cargo el blog de arte y literatura Lengua Indómita.