Revista Conexos

Una revista de arte y literatura, sin fronteras generacionales ni geográficas

Ars erótica y otros poemas

MISSAEL DUARTE SOMOZA

Ars erótica

Camina hacia el altar de la noche

Celebrante

Saluda y besa el cuerpo desnudo

Que aguarda.

Y confiesa ante Dios todopoderoso

Y ante los hermanos

Que has pecado de pensamiento, palabra, obra y omisión

Pero esta noche, pide: “Señor, ten piedad de mí,

Cristo, ten piedad de mí”.

Porque este cuerpo es consagrado

Por el amor.

 

Lectura del Rey Salomón:

¡Qué hermosa eres, amor mío!

¡Qué hermosa eres!

Tus ojos son dos palomas

Escondidas tras tu velo;

Tus cabellos son como cabritos

Que retozan por los montes de Galaad.

Tus dientes, todos perfectos,

Son cual rebaño de ovejas

Recién salidas del baño

Y listas para la trasquila.

Tus labios son rojos

Como hilos de escarlata,

Y encantadoras tus palabras.

Tus mejillas son dos gajos de granada

Escondidos tras tu velo.

Tu cuello es semejante

A la bella torre de cantería

Que se construyó para David.

De ella cuelgan mil escudos,

Escudos de valientes.

Tus pechos son dos gacelas,

Dos gacelas mellizas

Que pastan entre las rosas.

 Palabra de Dios,

Te alabamos, Señor.

 

¡Hermanos!, este cuerpo despojado

Es  palabra de fuego,

Signos de yedra,

Lluvia nocturna, labios desnudos,

Constelación de latidos  que arde,

Arquitectura de colores,

Boca

Para los labios ebrios.

 

Prepara el altar

Celebrante

Purificador

                    Cáliz

                               Misal

Y consagra las ofrendas

Del pan de tu cuerpo y el vino de tu sangre

E invoca el poder divino

Sobre los dones

Que has ofrecido esta noche

Para ser un sólo cuerpo,

Una sola alma.

Presenta el cuerpo-hostia inmaculado,

Y ofrécete a ti mismo,

Que cada noche,

Lograrás la perfecta unidad

En el cuerpo y el alma.

Por ella, con ella, en ella,

Dios Padre Omnipotente en la Unidad del Espíritu Santo

Todo honor y toda gloria…

Participa, celebrante, y sé parte

Del sacrificio-banquete

Con la comunión de los cuerpos y las almas

Entra, entra a las brasas que esperan en ardiente familia

Tu tronco dorado.

 

Vayamos en paz

Ite missa est 

 

 

Nocturno San Salvador

 

Indiferente es para mí por donde

empiece, pues allá retornaré de nuevo.

      Parménides

 

 

Pero la ciudad vuelve y destaca la evidencia

de que todo es una cárcel, de que no hay salida.

Y yo vuelvo al poema

 a la emoción

al silencio nocturno

que desvela otros planos de la realidad.

Vuelvo al tiempo

que era, que es, que será,

regreso a los signos olvidados,

al laberinto de palabras,

al silencio de la página inconclusa.

 

 

Vuelvo a esas calles

donde los ecos de la sangre gritan,

donde las lágrimas escapan

a la sucesión racional del tiempo,

vuelvo a ese tiempo

que vive, dice, entre edificios modernos,

centros comerciales,

zona rosa abigarrada de discotecas y  bares,

la otra historia.

 

Vuelvo a esta tierra,

que ahora es el parque de Las Rosas,

visitado por miles de turistas,

que sintió

el calor de la sangre de Ellacuría,

Joaquín, Amando, Juan Ramón,

Ignacio Martín, Segundo Montes,

vuelvo al llorar interminable de Julia Ramos y su hija Celina.

 

Desde el  vidrio del vehículo

las casas de  la colonia Escalón

¿serán iguales a la de aquellos años

o las habrán remodelado para olvidar el pasado?

¿y el Sheraton? Me pregunto,

lo busco contra la velocidad del taxi

en este recorrido

con noche de lluvia y silencio.

 

Y ahora en este parque de Izalco

(que en 1932 fue patíbulo colectivo

de incontables indígenas

que por orden del general les dieron muerte)

  nos reciben los indígenas

que la bienvenida con flores nos dan

pero me alejo del festejo

y camino sin rumbo alguno

entre el laberinto de aplausos, voces, cohetes.

Todo queda atrás,

como el tiempo de los aplausos…,

 y llegué a un espacio del parque

donde era otro tiempo

que más que tiempo

era dolor, tristeza, miedo:

luto perpetuo sutil

aquello que sentí.

Volví a los aplausos y los versos

pero yo leía en mi mente

otros versos

Enredo circular:

                           todos hemos sido,

en el Gran Teatro del Inmundo,

jueces, verdugos, víctimas, testigos,

                                                          todos

hemos levantado falso testimonio

                                                          contra los otros

y contra nosotros mismos.

 

 

Y vuelvo al final

que es el principio:

        TAZUMAL

pirámide más que de piedra

de tiempo

tus estructuras sobre puestas son tiempo:

tiempo sobre tiempo

donde sentí  que nada fluye

donde sentí que todo es.

 

Pero la ciudad vuelve y destaca la evidencia

de que todo es una cárcel, de que no hay salida

Missael Duarte Somoza

Missael Duarte Somoza

Missael Duarte Somoza (Nicaragua, 1977).  Segundo lugar en los V Juegos Florales de Centroamérica, Panamá y Belice. En el 2011, fue becario del Programa de Residencias Artísticas para Creadores de Iberoamérica y Haití en México, convocado por el Fondo de la Cultura y las Artes (FONCA) y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). En el 2012 fue seleccionado por el Programa de Movilidad Cultural para Trabajadores de la Cultura, de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI). Ha sido publicado en suplementos culturales como  La Prensa Literaria, Nuevo Amanecer Cultural, 7 Días (semanario) y en revistas internacionales, como Hispánica de la Universidad de Maryland. Fue publicado en la muestra  de poesía Retrato  de poeta con joven errante, prologada por Gioconda Belli, editada por Leteo ediciones. Ha participado en festivales internacionales de poesía en Centroamérica. Tiene publicados los poemarios Líricos instantes (Leteo ediciones, 2007) y Lienzos de la otredad (Foro Nicaragüense de la Cultura, 2010). Canvas of the Otherness (Edición bilingüe, Leteo ediciones, 2012).   Secretario de la Junta Directiva del Pen Internacional/Nicaragua. Licenciado en Derecho.

 

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Información

Esta entrada fue publicada el 10/02/2013 por en Poesía.
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