Revista Conexos

Una revista de arte y literatura, sin fronteras generacionales ni geográficas

Fragmentos de «Diranecessitas» (Apuntes autobiográficos)

JESÚS ALBERTO DÍAZ HERNÁNDEZ

 

1. A propósito, de la sucesión de los días, la concepción como el primer evento en relación a personas, animales o cosas, claro, no me refiero a la rotura del huevo de Leda, la cual figura en mi inscripción de nacimiento y que por consiguiente pudiera manifestarse tras la máscara del lugar común, sino al despertar poético, a partir del rompimiento del huevo que contiene el misterio del Yin y del Yang; el Universo. Crecí en una época en la que Dios fue reducido a Adán. Luego como para engatusar a los niños, por lo menos una vez al año, lo exhibían no en la iglesia sino en vidrieras con cartelitos: básico→ no básico→ dirigido. Pero, ¿qué relevancia puede tener eso a estas alturas? Ninguna. De modo que mejor paso esas páginas de infancia y sigo hacia el 1983, ¿qué aconteció ese año?, pues bien, dos cosas:
    a) termina la infancia.
    b) me niegan la entrada a «la escuela de arte».
 

Sobre el acontecimiento (b) conviene aclarar que mi pasión temprana fue las artes plásticas, y en ese campo transcurrió la primera etapa de mi vida. Trabajé como un buey para la prueba de admisión a la escuela de arte, asistí a talleres de dibujo de 2do ←a→ 6to grado. Incluso en mi tiempo libre, sobre todo los fines de semana, repasaba con C. mi vecino que entonces estudiaba artes plásticas en «la escuela de arte».
    En fin, para sintetizar este asunto, a pesar de reunir todos los requisitos, a pesar de haber pasado el examen, a pesar de las tantas gestiones de mamá que era maestra y llevó el caso hasta el ministerio provincial de educación, no me admitieron en la dichosa escuela. ¿Por qué? ¡Quién sabe! Quizás mi tez era demasiado escura, de hecho no recuerdo haber advertido la presencia de otro niño de color en el aula donde hacían las pruebas de artes plásticas. Quizás, por esa mentalidad grotesca, (muy de moda entonces) que el negro ofrece un mejor rendimiento en el deporte.
    En fin, ¡quién sabe!, lo cierto es que yo nunca más quise saber de nada relacionado con las artes plásticas. Mamá, la pobre continuaba con las gestiones, incluso envió un dibujo mío a un concurso por la jornada de los Hermanos Saíz, ¿les dije que mamá era maestra?, ¿sí?, pero no les dije que daba clases en la escuela primaria Sergio y Luís Saíz, a la que consagró la vida entera. ¿Y el dibujo?, resultó ser uno de los ganadores del concurso, no pudiera decir a ciencia cierta si fue 1ro, 2do, 3ro ←o→ 1ra mención, lo que bien recuerdo fue la carta de ingreso a la escuela de arte, con la condición de que tenía que repetir el 7mo grado, la cual por supuesto rechacé. Luego recibí una propuesta de ingreso a la escuela de arte San Alejandro en Marianao, eso fue en 1984, pero como les dije anteriormente yo nunca más quise saber de nada relacionado con las artes plásticas, incluso jamás pensé en este día, en el que me invade la cruel necesidad de evocar esas memorias en estas páginas, la cruel necesidad, de volver a recorrer esos pasillos del diantre, diré/necesitas, este oficio, esta torre de Babel.
 

2. La mañana se asoma de sopetón, dejando caer sus legañas sobre la techumbre del martes. Amanezco cansado, una redundancia, ¿verdad?, a estos 44 mal vividos años, no es de extrañar, amanecer cansado, hinchado de exilio. Vuelvo al 1984 como un ave de paso, como una herida abierta. ¿No es lamentoso acaso, revisitar las verdes estancias desde una aurora mugrienta, o sea desde el desarraigo?, lo es, sin embargo, preciso volver y tomar notas, alem de isso me aguijonea esa tendencia de regresar a las zonas afectivas siempre que me siento mísero; fracasado.
    Pero sigamos en 1984, un año henchido de sucesos, un año crucial en mi formación como individuo, claro, me doy cuenta ahora 32 abriles después. Bien puedo escribir todo un volumen sobre esa época:
    a) la música rock →a modo de irreverencia↓
    b) la lengua inglesa →a modo de ruptura↓
    c) la escuela en el campo →a modo de negación↓
 

La vista se pierde en los luengos surcos de tabaco, los surcos picados de jejenes, las vegas preñadas en las que vi crecer la greña descolorida sobre un cráneo de buey, sobre la misteriosa casa de tabaco, sobre ojerososhormigueros. Siento el olor de la greña fresca entremezclado con porquería de bueyes y de caballos.→ Sensaciones mediúmnicas se materializan a través del olfato. →Debe haber un equilibrio entre el mundo interior de uno y el mundo exterior.
    Ese mismo año entablo amistad con Julio Orlando entonces estudiante de música, en la escuela de arte. Aunque me resulta difícil evocar los pasajes de mi vida, cabe hacer énfasis en esa amistad porque en el caserón de J. O. transcurrió la adolescencia, allí conocí a Aldo Martínez Malo a quien le debo de este oficio, allí conocí la obra de Lorca y algunos testimonios de Dulce María Loynaz, allí, Another Side of Bod Dylan.
    ←↓→ Estoy de regreso en la cotidianidad, me he puesto mi uniforme de mecánico a la fuerza, me he vestido de sufrimiento, con el aspecto de una cucaracha aplastada voy dando tumbos entre las máquinas ebrias de aceite, mientras la [des]consideración roe mi piel, los huesos crujen y el tuétano se derrama por el taller.
    ←↓→ En general, todo el que ostenta de un alto cargo, o poder, de cierto modo tiende a explayar su autoridad, y a veces hasta se excede en su demostración, pero, ¿por qué tratar al obrero como un insecto? →No hay nada más peligroso que darle un cargo a una persona iletrada.
 

3. En realidad, todo tiene una razón de ser, por así decirlo, all roads lead to Rome si hubiera entrado a la escuela de arte, tal vez no me hubiese encontrado en las artes plásticas, como C. que terminó en Ciencias Médicas. Por otro lado, mis dibujos, aunque no mal logrados, eran más bien mecánicos, o sea carecían de ingenio, ya que brotaban de la fijación. De modo que tarde ←o→temprano desembocaría en este océano de letras, en lo que describió Lorenzo García Vega; este oficio de perder. En pocas palabras nací poeta, disculpen la modestia, ojo, aún estoy en la etapa formativa.
    En este oficio mientras más talento tenga uno más trabajo se pasa para concebir un poema que pueda considerarse digno, no es que uno sea quisquilloso, es que lo requiere el oficio. La poesía es celosa, muy celosa y exige dedicación. Poiesis es Dios, de quien somos perennes discípulos, ¿puede usted subyugar a Dios?, bueno, supongamos que Dios es una energía que emana el cerebro del hombre, ¿puede usted subyugar el cerebro?, no olviden que el cerebro es el tirano del cuerpo, en fin, ¿puede usted subyugar el sueño? →Eso es Poiesis: lo→ indómito. No sé si me explico.
    He terminado de leer con satisfacción «Una cuestión personal» de Kenzaburo Oé. Una novela de natura existencial, donde Bird, el protagonista, un profesor de inglés en un colegio mediocre, emprende un viaje introspectivo al enterarse que su esposa ha dado a luz un bebémonstruo, ¿de 2 cabezas?, oh, una hernia cerebral, un bebé con la cabeza vendada como Apollinaire. La novela fluye como un río existencial, que evoca las corrientes de «Hambre», «La Peste», o «El Extranjero». Suficiente como para haberle ganado el Nobel en 1994.
    Así que ahora estoy en el Festival de Arte y Literatura Independiente de Miami, en una galería en Coral Gables, pero eso suena demasiado retórico. De modo que he venido a la presentación de «Contra Gentiles» un libro de apuntes del poeta Manuel Sosa. Las presentaciones han adelgazado tanto en esta ciudad, que cuando se presenta alguien como Sosa, no puedo darme el lujo de ausentarme. Más allá de la amistad, Sosa es uno de nuestros hábiles contemporáneos. En este oficio nuestro, hay que abrevar tanto de los clásicos como de los hábiles contemporáneos, pensamiento que retomo de La Bruyére. Cambiando el tema, en este mismo patíbulo estará expuesta ←mañana→ mi cabeza.
    ¡Y es que somos tan sensibles ante la gula que por nada caemos en la mediocridad!, entonces, cómo creerme inmune al panorama, soy parte de una época, de algo que acontece, cómo creerme trascendental si en el fondo, estoy consciente de que todo lo que escribo ha de envejecer prematuramente, y por consiguiente mi obra florecerá en el fangal del olvido.
    A medida que pasa el tiempo nos vamos volviendo cada vez más expertos en eructar sandeces /no es el rugido del eructo, o el efecto de la sandez al interactuar con la atmósfera, sino el hedor que deja, sobre todo si hemos estado comiendo sandeces encebolladas.
    Delante de mis pupilas flota un pensamiento que va cambiando de color, así como una lagartija sobre un pedrusco. ←↓→Escritores que toman a la ligera eso que rigurosamente llamamos Literatura. →De manera que Poeisis permanece en lo indecible. → Lo que suele ser Natura. ←↓→
    Pasar por la vida cual golondrina, emigrando de un sitio a otro, sin un nido fijo, cual golondrina pasaron mis 20 años, mis 30’s y los 40’s van volÁndo también. Me hiere no ser capaz de editar mis días idos, las tantas erratas de la vida. →Todo pasa, la religión, la filosofía, la moda, aunque siempre queda el concepto, la idea central. →Por ejemplo, Dios sigue siendo el mismo. →La Religión, La Política, El arte comienzan a corromperse en el momento que lo enfocamos a manera de supervivencia material, no como una pasión, ni cual convicción. →En dado caso tendríamos que afincarnos a nuestro espíritu, para no perder la esencia, pero eso requiere un nivel de consciencia y de percepción metafísica que conlleva al rigor, o sea al silicio, o sea al castigo. Pero no, y es natural, queremos llegar al cielo sin pasar por el infierno. ←↓→Hablan de Dante sin haber transitado la Divina Comedia.
 
4. Ámsterdam, 18 de agosto de 1877.

Me había levantado temprano y vi los obreros que llegaban a la obra con un sol magnífico. Te habría gustado ver el aspecto particular de ese río de personajes negros, grandes y pequeños, primero en la calle estrecha donde había muy poco sol y luego en la obra. Después desayuné un trozo de pan seco y un vaso de cerveza; es un medio que Dickens recomienda a los que están a punto de suicidarse, como particularmente indicado para alejarlos durante un tiempo de su proyecto. Y aunque no esté del todo en esta disposición de espíritu, es bueno hacerlo de tiempo en tiempo, pensando en el cuadro de Rembrandt «Los peregrinos de Emaús» /Vincent Van Gogh.
 

5. 1985→1986→1987: en mi caso no fueron más que una continuidad del 1984. 1988→1989, por el mismo estilo, todo un fenómeno generacional que bien puede resumirse en 1984, como el escritor que lo da todo en un libro temprano que, eclipsa sus obras posteriores. Puedo citar «Una cuestión personal» de Oé por ejemplo. Me atrevería a decir que mis años preuniversitarios fueron años baldíos, puesto que carecía de aspiraciones. →Aún estaba marcado por lo que aconteció en la prueba de ingreso a la escuela de arte. Viejos prejuicios a través de viejos agujeros.
    Domingo metafísico→ me viene a la mente un poema de Borges: «Cristo en la cruz» de «Los Conjurados», pero que no tarda en desvanecerse cuando a su vez resurge «A Cristo en la cruz» de Lope de Vega. Curioso, aunque no creo que sea una coincidencia, conociendo al primero no es de extrañar la retórica. Después de todo, no sólo están llenas de Virgilio, sus noches, también de Macedonio y de Spinoza.
    ↓→ Independiente de alguna discordancia, lo cual es normal en estos casos, sedosa fluyó la lectura, sin protocolo ni formalidades. Por mi parte me limité a leer 3 textos manuscritos. Hago lo posible por concentrarme en lo que está en el embrión. Me amedrenta volver a los textos publicados.
    ↓→Apenas la conocía en persona. La había visto de refilón hace + de un año en una presentación de la Revista Nagari. Esta tarde →sin embargo← en cuanto la vi doblar la taciturna esquina →en lontananza← me dije, por ahí viene Natalia con mis libros. 25€ = $27.53 →la encomienda. El saber cuesta. Si me pongo a sacar la cuenta de lo que gasto en libros, bien puede equivaler al fee de un curso en el College.
    —»Pero es un libro de uso» exclama B.
    —»¿Y?»
    —»¡Qué has pagado $20 por él!».
    »El valor del libro no está en su condición física, sino en su
    contenido, y en el uso que le demos, sobre todo si se trata de
    un libro que aún no ha sido desvencijado por el iris común».
 
↓→Incluso, el espíritu de H. también se hizo sentir en el Festival. Incluso acompañado de Pómulo, entre las sillas, los portazos, el cuchicheo, el vino. Un salón chirriante→ ebrio de luz, de lenguas, de ojo ciclópeos, de «flashes» lengüilargos. Hay personas que aún se toman la molestia en subrayar sus diferencias con H., los anónimos. Personas que aún se encienden como un yerbajo seco al que han arrojado un cabo de cigarro encendido →no lo logro entender ← Creo que, tanto la materia como el espíritu deben de trascender el umbral del resentimiento para la evolución de ambos. Los muertos ya no están aquí para responder por sus actos, por tanto déjenles descansar en paz, los muertos, muertos están.
 

6. Fue en 1989 cuando terminé el preuniversitario, que matriculé en una escuela técnica, pero eso duró apenas un año, pues no estaba aprendiendo nada. Después me fui a La Habana a vivir con mi tía Antolina a quien le decíamos Chacha. He ahí mi primer encuentro con el Yo→poeta, aunque pasarían un par años antes que escribiera mi 1ros textos. Pero continuemos con mi tía, un personaje pintoresco, en aquel entonces sesentona, enferma de los nervios, casada con Rafael, un carpintero que no estaba bien del todo. Vivían en un cucurucho a la entrada de un solar lo recuerdo porque fue la última dirección que rezó en mi carnet de identidad.
    ↓→Mi tía, siempre se caracterizó por ser una persona de un nivel escolar limitado, con una marcada dicción rural. Sin embargo, había comenzado a despertar en ella un repentino interés en escribir versos, precisamente, por aquella época frecuentaba un taller literario en la casa de la cultura de Centro Habana, pero d’ eso les hablo más adelante.
    ↓→Los dos 1ros meses en La Habana fueron más bien existenciales, pues como les dije mi tía estaba enferma de los nervios, de manera que cuando llegué no quiso tenerme en el cucurucho, así que tuve errar de un sitio a otro como un perro sin dueño. Durante el día, pasaba la mayor parte del tiempo visitando a mis parientes, matando el hambre por aquí y por allá, bebiendo ron casero hasta tarde en la noche, que me cobijaba en la sala de espera de la Quinta Covadonga, allí caía rendido sobre un banco, como si estuviera acompañando a algún enfermo. Ante el cansancio y el alcohol el pedrusco más fiero se vuelve dócil. ↓→Fue entonces que apareció el perrito-fantasma, ¿cómo así?, pues bien, aunque no me asiste la certeza de que se trataba del espíritu de un perro que había sido arrollado, lo cierto es que todas las noches alrededor de las 12, cuando atravesaba la calzada del Cerro, al cruzar la calzada Buenos Aires sentía un escalofrío en todo el cuerpo y como de la nada detrás de mí aparecía un perrito blanco, que me seguía hasta La Covadonga, ya una vez en la entrada desaparecía, noche tras noche mi compañero resurgía del chirriante silencio, noche tras noche en la misma intersección, el mismo escalofrío. Nunca logré descifrar el enigma, pero me sentía protegido. Pueden pensar lo que quieran. Hay manifestaciones espirituales las que incluso a pesar de su condición de espíritu, aún tienen vida material. No obstante, cuando uno experimenta esas cosas al pasar por las 4 esquinas, hacia la media noche, hay algo que no es de este mundo. Por un instante pensé en Yoki, mi primer perrito que murió arrollado por un carro cuando yo tenía 5 años de edad, mas Yoki era blancuzco con manchitas negras y aquel era fantasmagóricamente blanco. Rolando Jorge diría eso es un cagüeiro.
 
    «My flesh hears him: creeping, hears.
 
    If thou didst ever…
    —What is a ghost? Stephen said with tingling energy. One who has faded into impalpability through death, through absence, through change of manners. Elizabethan London lay as far from Stratford as corrupt Paris lies from virgin Dublin. Who is the ghost from limbo partum, returning to the world that has forgotten him? Who is King Hamlet?
    /from «Ulysses» →J. Joyce»
 
↓→Gracias a un amigo, conocido como El Farmacia, comencé a trabajar armando cajas en una carpintería en la calle Pilar, debo decir que sólo duré una semana en dicha ocupación, puesto que nunca logré cumplir la meta. Poco después, El Farmacia dejó el trabajo y se dedicó a la venta de ron a granel. A mi amigo le decían así porque se teñía el pelo con agua oxigenada. Mi amigo como muchos otros se inyectó el virus del SIDA. Mi amigo como muchos otros murió en el sanatorio con el aspecto de un galgo descompuesto.
    ↓→ El lector debe tener en cuenta que esto no es más que un cuaderno de apuntes autobiográficos que voy rescatando del olvido, en contrapunto con reflexiones de diario. No es mi intención →bajo ningún concepto ← subestimar el coeficiente intelectual del lector, puesto que es algo que el mismo autor se ha cuestionado.
    ↓→ No pudiera decir dónde fue que cambió la cosa. Nunca llegué a comprender su comportamiento y aun así no me quedé parado en el umbral de la comprensión.
 
    ↓→ Manrique # 314 e/n Sitio y Maloja:
    »Dice La Nené que, a menudo pasas por allá».
    »De vez en cuando».
    »¿Has visto a Luis?, él siempre preguntaba por ti?»
    »Claro que lo he visto, él es muy familiar».
    »Sí, pero no le saques fiesta se ha vuelto un borracho\sangrón».
    »Mal que bien, es de buenos sentimientos».
    »Sí, de tan bueno, va a acabar con La Nené. ¿Y tú, no me
    has dicho dónde has estado parando».
    »Por ahí».
    »No tengo ningún pariente con ese nombre».
    »Quiero decir, donde me agarre la noche, a veces me quedo en La
    Covadonga».
    »¿Te ha dado asma?»
    »Estoy bien, gracias a Dios».
    »Pero has estado en La Covadonga».
    »He ido a dormir allí, eso es todo».
    »¡A un hospital! Es algo parecido como ir a dormir al cementerio, no
    trae nada bueno. Desde ahora puedes quedarte aquí».
 

↓→ Una tarde mientras calentaba la única comida del día, abrió una gaveta y sacó un puñado de poemas manuscritos, en su mayoría , agrestes, o sea de natura repentista, + bien panfletarios, un discurso algo así entre N. Guillén y El Indio Noborí. En fin, me mostró los poemas, al poco rato me los quitó de las manos, leyó algunos y luego se puso a hablar de temas incoherentes, entre otras cosas, de la revolución. Jamás se preocupó en saber mi opinión sobre sus versos. El lado positivo de las personas nerviosas, es que cuando se entonan, no dejan hablar a los demás. De modo que ella me mostraba sus versos intrínsecamente, o sea sin esperar una opinión siquiera, y en ese caso fue lo + salubérrimo para los 2. Una vez me pidió que le acompañara al taller literario, sin embargo, lo hizo con la intención de involucrarme en las artes plásticas, pero fue un intento fallido. Sin embargo, «agora» daría lo que queda de mi juventud por revisar aquellas libretas con frialdad. Porque era el Yo→ poeta diciéndome: escribe sin tener que depender de la opinión de un crítico, o de otro escritor, pues al igual que los lobos, cuidan con celo su territorio.
 
    ↓→ Con frecuencia he visto a las cornejas paradas en
    los lomos de los cerdos mientras éstos aparentan,
    en espera de que desentierren un gusano para volar,
    atraparlo y regresar al lomo. Hermoso símbolo del
    compilador que desentierra y del escritor astuto que
    se lo apropia sin gran esfuerzo. /Linchtenberg
 

←↓→

    La escritura es un oficio
    que va + allá del acto de
    escribir. Es el yo→ espíritu
    que se manifiesta
    a través del hedor metafísico de los hospitales
    a través del sereno ladino de la calzada
    a través de las alas del santísimo espectro
    un perrito blancuzco
    que resurge de mi sombra
    a merced de la oscuridad.
 

Jesús Alberto Díaz Hernández (Foto de Ulises Regueiro)

Jesús Alberto Díaz Hernández
(Foto de Ulises Regueiro)

Jesús Alberto Díaz Hernández «Tinito» (29 de Mayo, 1971, Pinar del Río). Escritor, dibujante, traductor. Estudió licenciatura en lengua inglesa en el Instituto Pedagógico de Pinar del Río. Tiene publicado los poemarios: Discurso en la penumbra (Editorial Hoy no he visto el paraíso, 2012); Sanctasanctórum (Editorial Eriginal Books, 2012); Deltedio (CreateSpace, 2014) y Aurea Mediocritas (Eriginal Books, 2015). Sus poemas han aparecido en varios blogs y revistas literarias, tales como: Otro Lunes, Caña Santa, Inactual y La Peregrina. Textos suyos han sido traducidos al francés. Actualmente reside en Miami, Florida.

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Esta entrada fue publicada el 31/08/2015 por en Prosa poética.
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