Revista Conexos

Una revista de arte y literatura, sin fronteras generacionales ni geográficas

Cantata VI y otros poemas

JESÚS ALBERTO DÍAZ HERNÁNDEZ

 
Cantata VI
 
Pero no me considero intelectual,
de qué me sirve esa etiqueta
de sórdida caoba carcomida.
Mi alma, un exilio que se alimenta
de sus vísceras, destos versos,
que mi cuerpo expulsa.
Ando sucio como un buitre (pueden reírse),
las paredes, ellas no escuchan,
están enfermas, las paredes
se descascaran,
como el ojeroso yeso del apóstol,
el camaleón,
      agudo.
Vivo rodeado de Polifemos,
si yo pudiera acariciar mi pueblo,
sus enjutos portales.
Si pudiera, por un instante…
pero soy apenas una jornada de 8 horas,
mais um escravo no sentido abstracto
da palavra “pensar”
y esa virtud
me distingue de los simios,
aun cuando estos tienen la capacidad
de digerir mi pensamiento.
Yo no soy intelectual, más bien,
soy un Jesús cuyo oficio es cualquier cosa.

 
 
……………………………………………………………………………………………………
Es posible quelector no encuentre belleza alguna en estas páginas, ¿cómo encontrarla?, en estas páginas, me limito a proclamar mis designios, con mi trompeta albina invoco a los doxóforos, aquellos cuyas palabras anteceden al pensamiento, aquellos cuyas andorgas se inflaman de vanidad, esa plaga que xtiende sus suavísimas garras por el abdomen destos lares, he escuchado a una muchacha decir poemas ubérrimos de gusanos, hay versos que aunque magníficamente articulados nacen muertos, de vez en cuando uno desos muertos es resucitado, aunque no llega a ascender al infierno de la episteme.
Me he propuesto asesinar al destino, r[e]escribir el libro de mi vida, [h]e alterar el curso de las manecillas del R[….], poblaré mi templo con nuevos santos, me proclamaré rey de reyes. SOLO la fe mantiene al yeso con vida.

 
 
 
Cantata VIII
 
,
como la crin de un caballo
sobre el cráneo de mis campos,
el chipojo entre las frondas,
y el mugido de la vaca que
antecede el huracán, despierta
Jesús deslenguado
en el pedregal
de su conciencia.
 
 
 
(paisaje interior

campos cebados de animales sectarios, grajos nihilistas
cambian de casaca, en los greñudos yerbajos los puercos comen
neologismos, cada cierto tiempo elaurafénix resurge de la carroña
y sacude sus alas sobre las plomizas aguas del okeechobee)

 
(Puori piove: Las calles mugen cuando llueve y son arañadas por los carros esquizofrénicos. Calles encharcadas que despliegan un olor rancioso a poeta enfermo, a poeta a punto del suicidio. Las calles con sus seborucos nihilistas, sus semáforos a través del cráneo de la cotidianidad que se desmorona sobre mi cama destendida)
 
 
 
Cantata IX
 
La tarde terracota,
donde (e)l arroyoe Galiano
atraviesa San Juan
en la vejiga de la luna,
se pasea la belleza,
mientras los ciganos bailan
sobre el féretro de María Isabel,
los negros soplan
aguardiente a las cuatresquinas,
y dan de comer a la cloaca
una jutía carabalí.
 
La incunabula ,
de una América a la otra,
puedo palpar
el corazón de mi madre,
con el alma,
sentirlo hincharse,
como un sapo
en el gaznate de un canino.
 
Saliva milenaria,
Oshun, yalodde, morí yeyeo
eructan los tambores,
los wemileres,
profecía gutural.
Los vericuetos
del Exilio.

 
 
 

Martis díes III/VI

 
1. Había llegado al tugurio sumergido en reflexiones, atormentado por las erinias de la cotidianidad. Al entrar el polvo se puso de pie y lo saludó solemnemente. -Me he equivocado de texto, pensó, esto parece una imagen vallejiana. Pero en realidad el polvo se había puesto de pie y continuaba identificándose bajo la oxidada luz de la bombilla.
 
2. Otro ídolo se ha caído del altar de la amistad, su cuerpo hecho añicos. Aquí todos los días se quiebra un santo. En la córnea granujienta del numen resurge la vida poblando la tumba.
 
3. De cuando en cuando un chisme rompe la inercia de un parnaso amodorrado. Hay, de hecho, quien solo alcanza ver una nube de costras vagabundas, cicatrices. Y hay quien siente los crujidos de la piel y ardor bermejo de la sangre.
 
4. Avanzada la noche, hastiado, se dijo: acaso vale la pena.

 
 
 
Cantata XI
 
Al enunciar la palabra amicus
se posan los cuervos sobre la ignominia,
y se reproducen como curieles, en dema-
cradas sombras que tiñen la mollera
del sentido, aunque tal vez
sea yo quien carezca de todo sentido,
camino a ciegas por las estancias,
buscando amigos entre los dogos,
también yo soy un dogo que erra
por estas calles con la andorga
inflamada de reproches, cada día
tropiezo con una joven decepción,
y aún así continúo.
           Contra natura
 
por estas calles picadas de viruela,
estas calles despeinadas por la gula,
el vozarrón de Pólemo hacia la entelequia
del narcisismo, el eructo del cuerno
de la nada, es cierto quiero que me publi-
quen, por eso escribo, como tú que huroneas
el denario, una copa de elogio no viene
mal de vez en cuando ¿acaso a usted no
le gusta ser alabado?, lo sé, mi palabra
no es el centro de tus intereses,
I-am-not comercially profitable.
           Contra natura
 
a ciegas por las estancias, busco,
rebusco, no me encuentro, sólo poeira
disecada sombra, escoria, incertidumbre,
hasta los gusanos se burlan de mi facha,
ésos que una vez pensé amicus.
 
 
 
Cantata XIV
 
Una cicatriz más.
Sobre mi abdomen
la sentencia de Paracleto.
 
 
 
Cantata XV
 
Los cuervos del mañana
picotean los escritos
que leeré ayer.
Por cada grano de maíz
que me arrancan,
retoña una mazorca
de verso rubicundo.

 

Jesús Alberto Díaz Hernández (Foto de Ernesto G.)

Jesús Alberto Díaz Hernández
(Foto de Ernesto G.)

Jesús Alberto Díaz Hernández «Tinito» (29 de Mayo, 1971, Pinar del Río). Escritor, dibujante. Estudió licenciatura en lengua inglesa en el Instituto Pedagógico de Pinar del Río. Tiene publicado dos poemarios: «Discurso en la penumbra», Editorial Hoy no he visto el paraíso (2012) «Sanctasanctórum”, Editorial Eriginal Books (2012). Tiene ineditos inédito: “Deltedio”, Editorial Hoy no he visto el paraíso (2014) y Aurea Mediocritas, Eriginal Books (2015). Sus poemas han aparecido en varios blogs y revistas literarias, tales como: Otro Lunes, Caña Santa, Inactual y La Peregrina. Textos suyos han sido traducidos al francés. Actualmente reside en Miami, Florida.

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Esta entrada fue publicada el 12/04/2015 por en Poesía.
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