Poemas de Lien Carrazana Lau
LIEN CARRAZANA LAU
La máquina del tiempo
Un muchacho de los años 50
me ha tomado del brazo,
dice que soy su esfinge,
su café caliente,
una mañana de sol en Alaska.
No quiere tenerme,
no me necesita presa entre nadie.
Las aves deben ser libres,
en el aire está la libertad.
Me enamora un muchacho de los años 50,
con una canción del Benny,
con un poema de Neruda.
Me mira,
calla,
deja su amor escondido,
maldice el fin de siglo,
sus ilusiones,
se recuesta en la silla:
«Por qué aún no inventaron
esa máquina del tiempo».
Santa Clara, 1998.
Ambas vidas
Cada segundo
mientras la vida no avanza
más que un segundo
y los días pasan en fila india
como animales hibernando,
veo el filme de lo que no es mi vida
pasar por la pantalla de mi mente.
Ahí me esperas
a la salida de una bocacalle.
Es de noche
y las luces minúsculas de los barcos
sacan chispas de luz
sobre la bahía.
Siento dentro de mi cuerpo
el mismo cosquilleo adolescente
que estás sintiendo tú.
Nuestras células están llenas de inquietud
cuando me ves,
cuando te veo.
Somos peces ligeros
nadando en la misma agua.
Afuera de mi mente los días pasarán.
Serán como cosas azules
que se mueven por el aire.
Te olvidaré.
Me olvidarás.
Será inevitable porque eso somos:
pequeños instrumentos
del destino que nos presentó.
La Habana, mayo de 2006.
Territorio de la noche
Dos patrias tengo yo: Cuba y la noche
¿O son una las dos?
José Martí
La calle oscura, el sonido metálico de una voz
a través del cable telefónico,
parece una novela pero solamente es la vida.
El mundo sórdido y ruidoso
que se extiende bajo mis pies.
Por eso prefiero los pisos altos,
mientras más alto mejor.
Aunque sepa que ninguna altura lograra
que mis pies se alejen de este terreno hostil.
Ahí esta la noche, vestida y sobregirada.
La claridad hace mucho que deshabitó
estas tierras,
en sustitución: la eterna noche
aunque sea de día.
Dentro de ella cabe mi país
como un caramelo en el bolso de alguien
que no come dulces.
Dentro de mi país: una calle,
unos árboles que se tambalean,
una ventana donde he colocado
una pequeña vela
para que vuelva el amor a casa.
Y me he sentado a esperar
a que se haga efectivo el deseo.
Pero la vela es mala y se ha apagado,
no obstante, sé que él vendrá
en cualquier momento.
Saldrá entre los restos de la noche
y mi rostro volverá a encenderse con una sonrisa,
aunque solo tenga una ordinaria vela titubeante
y una agenda para matar el tiempo,
en la eterna noche: mi patria.
La Habana, agosto de 2004.
Lien Carrazana Lau (La Habana, 1980) Graduada de Bellas Artes en la Academia San Alejandro. Egresada del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso. En Cuba obtuvo varios premios y menciones en concursos literarios, entre ellos: Mención en el Premio UNEAC 2007 y mención en el Premio David 2007, La Habana, Cuba. Premio Nacional de Narrativa Francisco (Paco) Mir, 2007, Isla de la Juventud, Cuba. Cuentos suyos han aparecido en publicaciones, como: ‘Vida laboral y otros minicuentos’, (Antología). Ediciones La caja china, La Habana, Cuba, 2006 y en ‘El Cuentero’, Revista trimestral de literatura Número 02, 2006. Actualmente colabora en la redacción de
Diario de Cuba y vive en Madrid.
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