¿Dónde están mis hijos? Plegaria de la llorona, leyenda popular. ¿Dónde están aquellos por quienes deambulo por las noches? los que dejaron arados los pliegues de mi útero ingratos taciturnos, malhechores del destino. ¿Qué se hicieron las huérfanas embravecidas? livianas luciérnagas clandestinas que dejé olvidadas en un lupanar. Una plegaria por mis críos sepultados, los extraviados, los perseguidos, los secuestrados, los asesinados por calumnia indeleble de mi leyenda. ¿Dónde están mis héroes sin fusil? los fusilados, los camuflados de guerras innecesarias, los conspiradores, los abusadores y abusados. ¿A dónde fueron a parar? los desaparecidos fantasmas políticos, los ancestrales pactistas vende patria. Pido una oración por mis malos hijos, los desterrados, los enterrados en los escombros de mis penas los angustiados vampiros nocturnos. Mis sedientos hijos huele-pega, los infames corruptos de armadura inmaculada Narcotranspirantes inhaladores de muerte. ¿A dónde fueron a parar? mis peregrinas marginales, mis difuntas latitudes esperpentos dibujados en los eslabones de mi piel herida. ¿Porque no contestan esos mal agradecidos? búhos negros comerciantes, desprestigiadas pitonisas, los malhechores de la risa, batracios del encanto, los matarifes de lenguas inocentes, las infernales seductoras de la rabia. ¿Por dónde andan? las chifleteras, las picheleras, las marionetas los chupacabras, los lame botas y los piedreros los hackers, los come cuando no hay, los abusivos empedernidos los violadores de pueriles almas. ¿Por qué me castigan con su desprecio? ¿Por qué no simulan una mueca obscena de cariño? Sí al fin y al cabo yo soy su madre. Búsqueda Aun te busco en los zapatos viejos en los huecos de las paredes, no sé donde estas pero, aún te busco en mis carcomidos dientes allá bajo las piedras del río. No lo consigo, sin embargo Escurco mis recuerdos en la tierra de mis uñas detrás de mis orejas, no me canso y aún te busco. “Ya no me soporto en las grietas de la espera Ni el sopor del silencio”. Enriqueta Ochoa Espera Se agrieta la distancia El abismo de la ausencia Abre paso a su camino Se adelgaza La ruta de mi corazón al tuyo Se omiten los tácitos Cariños tibios ¿Dónde se han ido las mariposas de mis manos? Tejedoras indisolubles de palabras Ya no encuentran refugio en el triangulo de tu pecho Nos inundamos de silencio Sin barca ni deriva, sin vela ni tormentas Naufragio irremediable con un ancla a cuestas. No se hilar, Penélope, anhelos, Solo puedo bordar versos, tramar irisados sueños, Hilvanar orugas encantadas No sé tejer, Penélope, destinos. Un vendaval de orquídeas Se escurren por mi pelo, gélido soplo avizora el mástil lejano de un navío espero en el borde miope del anhelo que los vientos me anuncien Ulises, tu regreso. Alquimia Deja tus dedos correr Sobre las líneas de mi cuerpo Que por ellos brote de tu mente Lo más bello, lo etéreo Aquellos pensamientos secretos Deja correr la pluma sobre mi cuerpo conocer tu interior Esa máquina extraña con los nervios a flor Deja correr tu sangre Donde el contacto es único la armonía, la unión Brazos, tejidos, cabeza Todo ensamblado a perfección. Déjame ver Los incontables pliegues de tu cerebro Lo nunca explorado La ciencia oculta de tu cuerpo Deja correr la pluma, sobre todo ello. Deja correr tus dedos Sobre las líneas ya escritas Sobre el deseo, los miedos, el ego Conjugados en armonía Con la palabra sentimiento. Siente quemar tu cuerpo Que cada parte de él me reclame Como reseca garganta Haz un esfuerzo y toma El agua que engendra vida Luego el silencio, el reposo, la espera. Siente que la pluma se hunde En una materia viscosa, es el pantano inerte de mi alma. Deja correr la pluma Deja correr los dedos con lasciva Por los puntos cardinales de mi cuerpo Exprésate, ocúltame, como secreto compartido, Cree, llora, arrepiéntete, ríe, ama lo que creas que es justo Pero hazlo frente a alguien. El adiós, el acercamiento Para dar cuerda a la imaginación Libre, indomable Como recodo virgen del alma, del cuerpo. Calla y bésame, Suave como caricia que tus dedos palpiten al acariciarme, Volar en tu virginidad infinita Déjala brillar ante tus ojos Deja crecer en tu mano algo prohibido Como un rapto de paz o un torbellino de sueños Dale volumen a tu fantasía que es lo único que posee el soñador Deja correr la pluma sobre las líneas de mi cuerpo Desnúdate Deja tus dedos hurgar en los recodos ocultos Que tu pluma sobre mi cuerpo y tu sientan lo que siento Ámame, ámame que hace tiempo te amo.
Madeline Mendieta Sevilla. Nació en Managua, Nicaragua. Licenciada en Literatura, Poeta y Promotora Cultural. “Inocente Lengua” Editorial Amerrisque 2007, es su primer poemario bilingüe, traducido por el catedrático norteamericano Rick McCallister. Ha sido publicada en suplementos y revistas literarias nacionales. Coordinó el programa Cultural de la Biblioteca del Banco Central de Nicaragua desde 2005 hasta el septiembre 2010. Miembro del Centro Nicaragüense de Escritores, Miembro de la Asociación de Escritoras de Nicaragua. (ANIDE). Es miembro del Comité organizador del Festival Internacional de Poesía de Granada desde el 2007. En el 2008 fue seleccionada para aparecer en antología hispanoamericana “Mujer Rota” en homenaje a Simone de Beauvoir, presentado en la Feria Internacional del Libro en Guadalajara, México. Participó representando a Nicaragua en la XV edición del Festival Internacional de Poesía en Cuba en el 2010. En el 2012 con la poeta Alejandra Sequeira, brindaron un homenaje a Carlos Martínez Rivas, durante el festival de Granada con la propuesta interdisciplinaria “La Puesta en el Sepúlcro”. Actualmente, es Directora de Biblioteca Alemana-Nicaragüense.