Del libro Peces en la boca (Editorial universitaria, 2011)
Ejercicio mientras sirven la cena:Novia inconclusa Yo fui una novia inconclusa. Me regalaron flores que nunca olí. Alguna abeja venenosa, adentro de la flor, podía picarme. Y yo, alérgica, no quería morir de amor. Sobre el mito de Santa Tecla Un hombre pedirá mi mano y me la cortaré. Nacerá otra y volveré a cortarla. El hombre pensará: qué perfecta mujer, es un árbol de manos: podrá ordeñar las cabras, hacer queso, cocer los garbanzos, ir por agua al río, tejer mis calzoncillos. Pero yo seguiré cortando mis manos cuando me diga: Mujer, te he pedido, y debes ordeñar las cabras. Mujer, eres mía, trae agua del río, sírveme el queso, ve al pueblo por vino. Mis manos caerán como caen las flores y se moverán por el campo, necias: No ordeñarán las cabras, no irán por vino al pueblo, jamás zurcirán sus calzoncillos y nunca, mucho menos, acariciarán sus testículos. El hombre dirá: Qué mala mujer, es una maldición de manos. Irá por un hacha, cortará mis brazos. Nacerán nuevos. Entonces pensará que el inicio de la vida se encuentra en el ombligo y cortará mi cuerpo en dos. Mis miles de manos cortadas se volverán azules y se moverán. Secarán el trigo, jugaran con el agua, secarán el río, arrancarán las raíces del pasto, envenenarán a las cabras, al queso. Y el hombre pensará: Qué maldición más grande: prohibido debe estar pedir a una mujer que tiene voluntad. Sobre la piedra de la locura En medio de la frente, la piedra parece una gota de sudor, un lunar. Le han colocado cruces de ceniza, puñados de sal para matarla como se mata a los caracoles después de la lluvia. Ha llovido mucho y la piedra sigue en mi frente crece habla y mira: Mañana vendrán a enterrarme de pie con los ojos abiertos, el ombligo en la boca, descalza: Solo los locos saben el camino de Dios. La primavera Quiero tener un novio presuntamente formal. Vivir con él: él en su cuarto, yo en el mío. Habrá un espejo pequeño en mi cuarto al que me asomaré de vez en vez: En verdad fui la más guapa del reino, Blancanieves, pero los espejos son excusas para ser otros -y quizá no haya sido yo-. Lloraré un par de veces frente al espejo sobre todo cuando en la madrugada escuche que mi novio abre la puerta de la casa. Regresa, va a la cocina por cervezas, ríe. Camina hacia su cuarto y una mujer ríe con él. Sabré entonces que hay años en que no llega la primavera o quizás nunca llegó.
Elena Salamanca (El Salvador, 1982).
Escritora e investigadora histórica.
Ha publicado los libros Landsmoder (Editorial Equizzero, San Salvador, 2012), Peces en la boca (Editorial Universitaria, San Salvador, 2011), y Último viernes (Dirección de Publicaciones e Impresos, El Salvador, 2008). En 2009, fue becada para escribir una novela en el programa de Estancias artísticas para creadores de Iberoamérica y Haití del Fondo Nacional de la Cultura y las Artes de México y la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo. Antologada en Hallucinated Horse: New Latin American Poets/Bilingual Edition. Pighog Press (Inglaterra, 2012); Voces femeninas en la literatura centroamericana, Universidad de Alcalá de Henares (España, 2012); 4M3R1CA 2.0, Universidad de Nuevo León (México, 2012); Una madrugada del siglo XXI. Antología de poesía joven salvadoreña (El Salvador, 2010) yNuevas voces femeninas salvadoreñas. Antología poética (El Salvador, 2009).Explora su trabajo literario a través de lenguajes plásticos, y ha expuesto: Solo los que olvidan tienen recuerdos, instalación sobre una novela en proceso, en el Centro Nacional de las Artes (México, 2009) y en “Esto no es una de-generación, ¿arte joven en El Salvador”, en La Casa Tomada del Centro Cultural de España (El Salvador, 2012); La sábana, bordado/desbordado, Selección del XI Premio de Arte Joven del Centro Cultural de España (El Salvador, 2010); y Landsmoder, registro de acción poética, en “V.P.C.R | Video políticas de construcción y reacción. Un discurso sobre la reacción o la metáfora como suceso”, Museo de Santa Tecla ( El Salvador, 2012).