Yo l a v i . . .
Fue como una sombra que pasó despacio,
luego abrió las alas y se fue…
El día fue su tumba…
Casi pasadas las horas,
un estático suspiro
que murmuraba su encanto,
fue a parar a una hoja…
Yo l a v i . . .
Fue como una duda que murió en mis brazos,
nunca precisamos un porque…
Paso como la brisa…
Hoy cuando el viento le nombra,
la arrebato del olvido
y le erijo un templo santo,
entre mi pecho y mi boca…
Acontece el día…
A m a n e c e a p e n a s . . . e l d í a e m p i e z a a m o r i r. . .
las horas recorren de nuevo su eterno calvario…
en los rincones de mis párpados se rezaga la noche,
mis ojos son una sed de siglos…
mis pasos dudan, clama mi vos un norte…
el cielo calla, jamás tuvo respuestas…
solo fui caminando hasta gastar mis huellas…
y e n t o n c e s, v o l v e r. . .
y otra vez la duda que atormenta.
Amanece apenas…la luz agoniza en mis venas…
la poesía muere al borde de la pluma…
y estas huellas que se gastan son sólo rastros que nos deja…
José Alfredo Aráuz Espinoza: Músico y poeta radicado en Miami. Colaborador en medios culturales locales, como las revistas Sub-Urbano y Nagari, donde además fue ganador de la sección jóvenes creadores para la sección de poesía Péndulo.