Revista Conexos

Una revista de arte y literatura, sin fronteras generacionales ni geográficas

Antes del Éxodo. Plagas y otros poemas

YOANDY CABRERA‏

 
AMANECER
 
Esta mañana
las palomas son barcos de nieve
navíos que se precipitan
sobre las olas del asfalto
 
Las palomas no sonríen
pasan taciturnas
sin mover la cabeza
sus patas no hacen ruido
 
Los picos de arcilla
 
Dios barre el corredor
las empuja por cordeles en sus pechos
 
Las palomas están muertas
de mentira blanca
epidemia de alba en sus plumas
el pecho gris
cuando resbalan en el polvo
 
 
 
ANTES DEL ÉXODO. PLAGAS
 
VI
 
Leña o carbón
hierve la ropa en el patio
ceniza en el agua
ceniza que adelgaza y purifica
las sábanas
mi madre se dobla y revuelve
el viento levanta el polvo encendido
como úlcera en sus ojos
la vara de Aarón vertical hacia el cielo
ceniza en el pecho
 
 
IX
 
Todo habrá de perdonársenos
la torpeza de escribir en la penumbra
el chocar con las palabras
monstruos invisibles
el milagro de palpar la tiniebla
como si fuéramos una familia egipcia
 
Moisés extendió su mano
hizo de la noche un denso muro
donde inclinarse al prójimo
era hundirse en él
asomarse al abismo
 
Moisés apagó el rostro de Faraón
y quedó su seno llama negra
alumbrando en el silencio
 
 
X
 
El primogénito que vive tras el molino
ha visto a la familia hebrea
matar un cordero
mojar un hisopo en sangre
poner una señal
sobre el dintel de la puerta
 
El hijo de la molinera
no ha comprendido el ritual
pero hubiese ofrecido un animal a Jehová
si las plagas sucesivas no hubieran destruido
todo el ganado
 
Deseaba pintar su puerta con sangre
anunciar también
aunque fuese egipcio
la dádiva lejana y oscura
que lo hacía estremecer
 
A medianoche
su cuerpo tembló como cordero blanco
ante el ángel de la muerte
 
 
 
ADÁN EN EL ESTANQUE
 

Génesis 3:22

 
Como una fruta que la luz muerde
el cuerpo del hombre
costilla de agua en el Éufrates
descubre su desnudez
se bendice
su dedo es dios modelando el agua
busca en lo frugal y vacuo
aliento perenne
aura perdurable en la transparencia
pasa la mano húmeda por los labios
la agita modela su perfil en el aire
rompe el pacto del viento y la soledad
extirpa con su diestra
lo invisible lo amargo
funde su reflejo en el trasluz
rostro réplica
que le ayude a construir
lo que pudo ser
 
 
 
MOIRA
 
Pasa la mano por el viento de la noche
que como tosco muro se detiene
y como músculo de ásperos bloques
cenizos grises callados
trae noticias amargas
baldosas de un rojo profundo casi muerte
 
Palpa el duro corazón de la noche
las varas enconadas contra tu piel
los balcones vengativos y cortantes de la sombra
 
Hurga en tu abdomen vulnerable
en la pálida masa de tu pecho
y ve cómo el alcohol de unos días
que fueron cándidos y dulces bajo el sol de abril
se han vuelto un dios terrible
fuerza desafiante
contra lo que el dedo acarició
y te vuelve un ser irracional
te empuja a subir espesos montes
donde cortas enloquecido
el cuerpo antes venerado
 
En la paz de tus ojos está
el éxodo de todo lo que amaste
y el revés de esta bondad
te golpea el rostro con su alto paredón
 
Vas perdiendo
hasta el silencio
y la palabra
que antes se ofrecía como un don
es hoy bestia huidiza
 
Todo te abandona
todo lo abandonas
 
Pero a veces lo que amas
vuelto sombra
cruza los contornos del viento
y como el rostro decapitado en las manos de Ágave
torna a hablar en susurro semejante
a los días en que un dios te cantaba al oído
 

Yoandy Cabrera (Foto cortesía del autor)

Yoandy Cabrera (Foto cortesía del autor)


 

Yoandy Cabrera (Pinar del Río, Cuba, 1982) es licenciado en Filología por la Universidad de la Habana (UH) y máster en Filología Clásica por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Ha sido profesor de Letras Clásicas en la UH. Obtuvo el premio Dador de Investigación en 2009. Actualmente es editor y crítico de poesía. Realiza el doctorado en Filología Griega en la UCM.

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Esta entrada fue publicada el 01/01/2014 por en Poesía.
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