Revista Conexos

Una revista de arte y literatura, sin fronteras generacionales ni geográficas

El ojo

ALEJANDRO MANUEL MESA SANTANA

 

Tú tienes la culpa de que yo me vaya a suicidar. No lo haré para que sufras, aunque me gustaría que sufrieras por ello, lo haré porque ya no queda más remedio que hibernar eternamente. Hibernar por algunos meses no sirvió de nada, tan pronto salí de la cámara volví a sangrar: la culpa es de la memoria. El recuerdo con púas me hace sangrar. Púas que torturan. Púas impertérritas de acero inoxidable. El recuerdo es un piercing que alguien a veces roza rompiendo mi piel. Piel horadada. Piel abierta. Piel desgarrada. El recuerdo es cilio y grillete. Hay quien tropieza con el recuerdo y cae, entonces nos duele a los dos, al que tropieza y a mí. El recuerdo-piercing-agujeronegro me hiere y traga, quema como los contrastes, tú trajiste los contrastes. Los contrastes queman ya no solo contrastan mi lengua y tu lengua, contrastan entre sí los átomos contrasta mi nariz azul con mi oreja verde: todo se ve muy diferente ahora. Yo te había ofrecido mi infinitud y tú la despreciaste, disparaste el piercing. Ahora el piercing me tortura, me dejaste lisiado como mariposa sin alas, ya no puedo salir sin muletas. Caminar con muletas da vicio porque mientras se camina con muletas solo se tiene tiempo para sincronizar el movimiento de las manos y pies. Manos como pies. El grillete cilio lo ha hecho todo más difícil. La muleta naranja se enredó en una ocasión con la cadena del grillete, caí y se me partió un diente amarillo de la boca roja, sufrió la pierna bajo el cilio. Cuando te fuiste llegaron los ruidos. Ruido de motor de carro, ruido de ruedas de carro sobre pavimento. Ruido de tren anunciándose, ruido de tren golpeando rieles. Ruido de gente que habla. La gente habla más desde que te fuiste. Ruido de muletas de pie. Ruido de grilletes que se arrastra. Soy mucho más ruidoso que cuando me disparaste el piercing. Me molestan mis ruidos. Soy mucho más ruidoso porque me disparaste el piercing. Incluso ruidoso y calvo quise darte una oportunidad. Quise darme una oportunidad. Fui, desnudo hacia ti. Tampoco entonces tu vista llegó más allá de la carne, del pedazo. Contrastan tu mirada y la mía, la soga y mi cuello. Me cortaste otra vez, así que quise hacerte algo terrible, por eso me saqué un ojo y te lo tiré por la cara.

 

Alejandro Mesa Santana (Foto cortesía del autor)

Alejandro Mesa Santana
(Foto cortesía del autor)


 

Alejandro Manuel Mesa Santana (La Habana, Cuba, 1995). Uno de sus cuentos aparece recogido en la antología S.O.S. Ternura (Ediciones Extramuros,). Actualmente reside en Houston, Texas.

Anuncio publicitario

Información

Esta entrada fue publicada el 03/05/2014 por en Narrativa.
A %d blogueros les gusta esto: