Solo de gatos
este gato está pidiendo amor.
Maullando llega, levanta la cola,
se arquea como un joven guerrero, se
aplana contra el piso, se tiende boca
arriba con la sinceridad
de quien ya ha perdido la vergüenza, da
vueltas, no deja de maullar
y se va, por fin se va sin que le hagan caso.
Yo también maullé a lo largo
de mi vida, señor gato. Yo también
levanté la cola; yo también
me contorsioné como un acróbata
en su noche de debut; yo también
me aplané contra el piso
hasta ser una alfombra
volando en los cielos de Simbad.
Yo también,
fui payaso, telépata, electricista,
príncipe desterrado que arregla cocinas a domicilio
para olvidar, y al cabo yo también
me marché sin que me hicieran caso.
es el destino de esta ciudad.
Acostúmbrese. (está escrito.) en
overol de herrero
o con fanfarrias de monarca,
por los siglos de los siglos
pasarán los moradores de este lugar
maullando igual que usted.
(1988)
Recado a mi hijo Rafael
en aquellas noches
tú gozabas escondiéndote
donde yo no te encontrara,
y en efecto, tus raras
habilidades
me impedían encontrarte
aun teniéndote
a un lado o detrás de mí.
¡Qué cosa! ¿en cuál lugar de la nada se
habrá vuelto a meter?
¡Porque de la casa no ha salido!
Volvía a buscar en los clósets,
debajo de las camas,
hasta dentro de los libros me
ponía a buscar, y nada, jamás
logré encontrarte.
Tenías el don de hacerte invisible.
Tenías esa propiedad.
Aquellas noches, niño mío,
fueron mis Mil y una noches.
dios las guarde
en tu memoria, mi rey.
Que repasándolas
logres descubrir
lo que por no haber aún
palabras para eso
quería pero no pude
decirte entonces,
cuando un día,
ya sin jugar,
sea yo, tu padre,
quien se esconda.
(enero 20, 2002)
Poesía
a Jorge Luis Arcos
i
Yo no sé lo que es la Poesía,
pero sé que la Poesía sirve para curar enfermos,
para resucitar muertos, para ir al cielo
(con o sin escalera),
y que sin la Poesía, como res sin cencerro
pasaría el hombre por el mundo
pastando y rumiando sobre la verde tierra,
recibiendo el sol y las lluvias y viendo
los meses pasar y cambiar las estaciones,
engordando y engendrando y por fin muriendo
con la indiferencia de la piedra o del madero
que se pudre, ciego, más ciego que un ciego,
caminante que pasó sin sentir las glorias
del paisaje, sin sentir el amor, la amistad,
el nudo en la garganta con que aprieta
a veces el Himno Nacional, en fin,
sin sentir, sin sentir, sin llorar, sin amar,
sin reír, sin sentir, sin sentir,
privado de olfato y oídos,
sin tacto para tocar el día de mañana
ni corazón para soñarlo.
ii
en todo caso,
la Tierra no está hecha de casualidad y materia
solamente,
ni de estrellas y vacíos insondables el firmamento, ni
de muertos el cementerio y vivos la calle,
no son el cambio y el silencio, nada más,
la fórmula del universo
la hormiga, el caballo, el crepúsculo,
el río cuando pasa con sus aguas
y el mar sonando junto a los arrecifes,
el hombre que fracasó y el hombre que venció,
la luna y el llanto del recién nacido
y el olor del café saliendo de la cocina, todo,
todo lo que en este mundo es,
por doméstico que luzca,
hasta el humo, es algo (o parece ser algo)
más allá de sí mismo, anuncia o deja una sombra,
traza una sospecha, una certidumbre,
un pequeño escalofrío de gozo o de miedo,
imposible de clasificar, un llamado
irresistible, tal vez
el vago recuerdo de algo que en un día de otro tiempo
supimos
y no podemos recordar.
Y ese misterio, esa duda, ese suave aire
de sobresalto, eco sin voz que aún perdura,
eso quizá, tal vez, sea la Poesía.
De Memorias de un soñador (Antología. Editorial Verbum, 2015)
Rafael Alcides
(Foto cortesía del autor)
Como siempre Rafael Alcidez, sangre, alma, misterio del bueno y poesía a todo quehacer del espíritu. Mis respetos.
Maravillosos poemas, que me lo recuerdan, me lo traen hasta acá, de tan lejos y tan cerca que está La Habana de Texas.
Da gusto leerte, después de tantos años, mi querido Alcides. Muchas bendiciones.-
QUERIDO RAFAEL, DESDE ACA, DONDE LA LIBERTAD NOS RODEA, TE SIGO ADMIRANDO POR TU POESIA Y TU VALENTIA CONTRA TODOS LOS DESMANES DEL MALDITO CASTRISMO
Pingback: Poemas gatunos de Rafael Alcides | DesiertoDePalabras
Se me extraviaron los comentarios y sólo puedo erizarme ante el sonido que me causa su poesía.
Gracias
Se me extraviaron los comentarios.
Sólo me queda erizarme ante el sonido interno que me causa su poesía.
Ud es un gran poeta, Maestro.