Revista Conexos

Una revista de arte y literatura, sin fronteras generacionales ni geográficas

Cuba no existe (avance según Schwob)

LEONARDO/JAIME SORIANO
feat. CARLOS VELAZCO

 

Han visitado Cuba, China y lugares semejantes, deprimentes y primitivos, y hablan de las
numerosas personas encantadoras con las que trabaron amistad en ellos,
criticándolas cariñosamente…

Cosas transparentes
Nabokov

 

Leonardo Jaime Soriano Gelardino a.k.a Federico Hasse: escritor y místico de origen judío nacido en La Habana el 21 de febrero de 1935.
  Se incorporó a la primera Cinemateca de Cuba en 1952. Como actor teatral, su repertorio incluye lo mismo Wilder y García Lorca, que El flaco y el gordo, en cuyo estreno no se pudo recitar la cuarteta de Virgilio Piñera en la versión de Julio Matas que empezaba: “Aunque el culo sea redondo…” Como crítico de cine de Revolución, publicó crónicas, entrevistas y notas (firmando Jaime Soriano) y “Revolución Recomienda”, sección sin crédito en la que a los títulos en cartelera los acompañaba un breve comentario, por ejemplo: Ascensor para el cadalso: “El crimen no paga, ni siquiera para la joven ola”; Ricardo III: “Con la inevitable gran actuación de Laurence Olivier”, Amor en la tarde: “En París, todo el mundo lo hace”…
  Cuando Ricardo Vigón y él coincidieron una noche de octubre con G. Caín y Fausto Canel a la salida de una reposición de Mr. Arkadin en una sala de La Víbora; y cuando dos meses más tarde los cuatro elegían Vértigo como el mejor estreno del año, Soriano ignoraba que reincidiría el resto de su vida en el malestar de rastrear su pasado (similar al personaje de Welles) y, más todavía, de resucitarlo (igual que el protagonista de Hitchcock). Ese 1959, en la redacción de Revolución, gritó: “¡Todo el poder para los sóviets!” Para 1965, se exilaba de Cuba. En lo adelante, pondría siempre cuidado en lo que deseaba.
  Ha vivido en las ciudades de México, New York y San Juan. Sobrevivió trabajando de publicista, traductor y editor. Fue secretario de redacción (también sin acreditar) de la revista Exilio, colaboró en Mundo Nuevo (bajo seudónimo) y en El Nuevo Día (como Leonardo Soriano). Entre una cosa y otra: un guion cinematográfico que se frustraba hoy; y dos cuentos en Alacrán Azul o pequeños roles en películas, mañana; Soriano siguió correspondiéndose con amigos y conocidos, y, mejor, acumulando copias de las cartas que enviaba. Cuba no existe representó su revancha literaria por el casi anonimato cinematográfico de tantas décadas. El título pasó por original por los malogrados intentos de filmar un antiguo libreto de Soriano y Orlando Jiménez Leal, si bien el préstamo resultaba ineludible: el enunciado se repite a lo largo del volumen. (“Se caía de la mata”, habría podido decirse, si el papel utilizado durante el proceso de edición no hubiese sido ecológico.)
  Dos exilios se necesitaron para que existiera Cuba no existe: el de Soriano (lógico) y el de su compilador. Hacia septiembre de 2018, Soriano comentaba a Carlos Velazco que temía perder en algún momento la memoria, a lo que este le respondió que con toda su poligrafía, su memoria no se borraría nunca. Soriano confesó que lo único que quedaría de él sería el libro de ambos. Por educación, Velazco no le recordó que había dicho algo parecido respecto a su escena en El súper. También por cortesía, Soriano no aclaró que no se había referido a sí mismo.
  Varios críticos elogiaron la “falsa alogicidad” como signo de libertad estilística, las imágenes y recursos retóricos en que se expandían las líneas temáticas, la autosuficiencia de un corpus atravesado de intertextualidades y referencias que desbordaba el género epistolar. Se habló también de autoficción. “Independientemente de sus valores literarios…”, reconocían sus mismos detractores, antes de ahondar en las inexactitudes, anacronismos, ausencia de índice onomástico y carencia de categorías literarias. En una transcripción que circuló entre la presidencia de la UNEAC y los directivos de su Asociación de Escritores, se leía a Velazco quejándose de que hubiesen vuelto a subir de precio la galleta de avena, y cuestionando la existencia de Cuba, tras afirmar que por la idea de patria y de un gentilicio, los llamados cubanos caían en la ilusión –“mentira” fue la palabra–, de ser parte de algo o de un destino. A continuación, Soriano expresaba inconformidad con el café expreso, y aseguraba que no vivían en el mismo país alguien de Centro Habana a alguien de Kohly. (Pudo inferirse que la conversación transcurrió en un Starbucks, y que para los dos, que con décadas de diferencia vivieron la mayor parte de sus años en Cuba en Centro Habana, ese municipio era una medida, incluso coincidían en considerar a la intercesión de Belascoaín, Carlos III y Reina, el centro de “todo”.)
  Cuba no existe o Quién sabe qué propósito apareció por Silueta durante esos años que se dieron en llamar “de la transición”, “del cambio”, de furia cubanológica. Su contenido clasifica como No Recomendable para quienes responden “yo me leí el libro” cuando se les pregunta por una película, para quienes no gustan de Orson Welles dirigido por Orson Welles, y para los escritores casi ancianos que al hablar continúan imitando a Antón Arrufat. Aquel ejemplar de cuatrocientas noventa y cuatro páginas, 22,8 x 15,2 centímetros, desde su salida, se tornó un incunable: contó con una tirada reducida. Un adelanto apareció en la revista Conexos, de la misma editorial, pero las cartas escogidas: a Gabriel Quevedo y a Fernando Villaverde, no forman parte del libro. Nunca se explicó el porqué de su exclusión. Ello obliga a los fanáticos de Cuba no existe a matrimoniar el ejemplar con la chapucera separata de un par de hojas impresas a modo de complemento.

 
 

San Juan, septiembre 20/ 74

Querido Gabriel [Quevedo]:
 
Recibo tu carta de junio 9, cargada de extraños presagios y alegorías, que me remitieron de inmediato a cierta película, Zardoz, que no debes dejar de ver, preferiblemente con Raymondo.1 Se trata de un ejercicio intelectual de primera magnitud, si bien fallido en algunos aspectos –no se remonta, a mi entender, de la pura especulación mental–, pero que no vacilo en recomendar con entusiasmo contenido.
  Como me decía Rafael Vázquez, un amigo dominicano chela de la Sociedad Hermética, que conocí hace poco por aquí, el comunismo es el último intento de retrotraer al hombre al estado más primitivo de alma de grupo. Claro, que viendo el desorden y el caos que caracterizan en estos momentos al mundo capitalista, me pregunto si en realidad el hombre no es más feliz con su vida controlada por el superestado, cuando tiene a alguien que le dice lo que ha de hacer, lo que ha de pensar, lo que puede o no puede leer, a quién debe odiar según la época del año, en fin. Como dice José Antonio Arcocha, citando en parte al Che Guevara: ¿Quién ha dicho que el comunismo tiene como objetivo llenar al hombre de comida o artículos de consumo, “vivir bien”, etc.? El comunismo le da al hombre algo más importante, un propósito, un sentido a su vida, llenar el vacío, la felicidad…
  ¿Dejar a un lado los valores o fantasías que, como decía Gurdjieff, nos sirven de buffers, para iniciar el largo camino de ascenso espiritual? Bien, pero no te olvides que hasta el mismo anhelo de ascender puede formar parte de esos falsos valores que nos confunden… Es cierto que no somos libres ni hacemos nada, “todo sucede”, y hasta el mismo Gurdjieff no pudo escapar a la Ley de Accidentes al final de su vida…
  Me preguntas qué posibilidades tienes de pasar unas vacaciones en Puerto Rico. Por supuesto que todas las posibilidades, sobre todo después de ofrecerte Orlando [Jiménez Leal] su casa, no importa si él la está ocupando en ese momento o no.
  Agradeciéndote todas tus gentiles suscripciones, recibe un abrazo del Galán de noche2 y mío,
 

L J Soriano

 

P.D.: No te olvides que además de las pastillas y la yerba y las películas viejas por televisión, una buena sesión de cintazos es algo muy recomendado contra el mareo.
  ¿Tú tendrías un espacio mínimo, temporalmente, en tu hábitat, para el Galán de noche, en caso que fuera el que decidiera irse a Nueva York?

 
 

San Juan y Martínez, mayo 30/ 79

Querido Fernando [Villaverde]:
 
Perdona que no te haya respondido enseguida, pero primero tuve que hacer algunas averiguaciones sobre [José] Guerra Alemán y don Heliodoro [García], que aunque es vecino mío en el Condado, no creo que tenga contacto con viejas películas cubanas, pues el mundo de él son los artistas que trae para los hoteles de turismo de esta ciudad, entre otros, tu vieja amiga María Luisa Güell, que está actuando ahora en el Caribe Hilton.
  Conozco del éxito de El súper y de la tremenda disyuntiva que plantea: qué hacer ahora, sobre todo teniendo en cuenta que El súper es el resultado de la reunión feliz de una serie de circunstancias fortuitas en un momento dado, que para que vuelvan a producirse, ya tú sabes. Pero indiscutiblemente es lo mejor de toda la “cinematografía cubana en el exilio”, y si quieres hacer una cinemateca podías empezar por ahí: por Los gusanos de Camilo Vila, que antecede El súper, solo que fue a caer en las manos equivocadas; Guaguasí de Jorge Gutiérrez [Ulla], que es como nuestro 1900, por lo que he oído decir; y hasta de la obra de [Guillermo] Álvarez Guedes, cuyo Bla, bla, bla, con todo y sus limitaciones, es como quiera que sea un tour de force. Perromundo de Carlos Alberto Montaner, no lo cuento, porque al fin y al cabo lo hizo un director español.3 Si quieres puedes incluir Crisantemo o “Las memorias de un travesti”, de Natalio Chediak, que es un buen ejemplo de una broma cinematográfica.4
  A Guerra Alemán puedes escribirle a Guastella Films, P.O. Box 4069, San Juan 00936. Él es una persona encantadora y para llegar a él no necesitas de ninguna introducción especial. Yo sé que pudo sacar de Cuba una copia de El gran recuento, que no sé por qué razón no ha querido ponerle subtítulos en inglés y distribuirla en Estados Unidos como documento excepcional de una época; quizás porque la película no deja de ser un homenaje a Fidel Castro y la revolución, aunque no se lo haya propuesto como tal.
  En cuanto a Orlando Jiménez, no tengo que decirte nada, pues tú sabes que él tiene PM, que es una obra de significativa importancia como película en sí y como punto de partida para una serie de cosas que pasaron en la cultura en Cuba. Según Roberto Fandiño [Rego], Alfredo Guevara sabía perfectamente lo que Orlando y Sabá estaban haciendo, puesto que él se metía en el laboratorio del río5 a inspeccionar el trabajo de estos en PM, que habría de servirle de punta de lanza para atacar a Lunes de Revolución y a Carlos Franqui. Hasta se da el detalle melodramático de estar Guevara en un carro con las luces apagadas esperando que los muchachos terminaran de cortar la película, para él entonces meterse tan pronto ellos salieran.
  De Orlando, creo también pueden interesarte PR, un excelente documental sobre la música en Puerto Rico y In the Park, filmada en el Parque de las Palomas de Miami, paralelamente a la película que tú mientras tanto estabas haciendo en el Parque Central de La Habana, y que es una de las mejores cosas que se filmaron en el ICAIC.6 Sería interesante poder exhibir los dos In the Park conjuntamente, el de Miami y La Habana, de ser posible.
  Agradeciéndote infinitamente, a ti y a tu mujer, por vuestros esfuerzos en sacar a Placidito [González Gómez] del terrible marasmo miamense, te saluda afectuosamente,
 

Soriano

 

&&&: Néstor Almendros estuvo una semana en La Habana con su familia. Al saberse la noticia, te podrás imaginar el alboroto que se formó entre sus viejas amistades. Por una de estas me acabo de enterar que a Mayito le echaron ocho años de cárcel.7 Parece que durante la celebración del Festival [Mundial] de la Juventud [y los Estudiantes] se opuso a que utilizaran el balcón de su apartamento para poner ciertos adornos, lo que provocó un registro de las fuerzas de seguridad que le encontraron nada menos que el Archipiélago Gulag, además de una obra poética que me dicen es importante. Parece que durante el juicio permaneció con una gran dignidad, sin perder nunca la calma, defendiéndose con valentía. La mujer fue a ver a Néstor a exponerle el problema, pero ante un problema político de esa naturaleza, qué podía hacer Néstor.

 
 
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1 Apodo de Raimundo Fernández Bonilla (Guantánamo, 1931-Miami, 2016), poeta y codirector de la revista de humanidades Exilio (1965-1974).
2 Se trata del músico Natalio Galán (Camagüey, 1917-New Orleans, 1985), autor de los ensayos Una historia inusitada (1974) y Cuba y sus sones (1983).
3 Soriano atribuye a Perro de alambre (1980) de Manuel Caño el título de Montaner en que se basó la película.
4 Nat Chediak codirigió junto a Jorge Dalmau el corto de ficción Crisantemo.
5 Sabá Cabrera y Orlando Jiménez Leal editaron el documental PM en Telecolor, estudio ubicado en la zona del Puente del Almendares, a la entrada del Bosque de La Habana.
6 Referencia al cortometraje El parque (1963), dirigido por Villaverde.
7 Amaro Gómez Boix, escritor para documentales y productor del Noticiero ICAIC Latinoamericano, fue acusado en 1978 de “diversionismo ideológico”. Soriano accedió a datos de su proceso por la correspondencia desde La Habana de Héctor Pedreira, a quien reconocía un año más tarde: “Me alegré mucho con la salida del ‘otro Mayito’, pues aquí hubo una confusión con Mario García Joya, que fuera fotógrafo de Revolución y luego del ICAIC”. (Jaime Soriano: Carta a Héctor Pedreira, San Juan, 15 de marzo de 1980 [archivo de L/J.S.].)

El libro obliga a Soriano y a Velazco a sentarse a la mesa del café (foto: Elizabeth Mirabal)

Cuba no existe o Quién sabe qué propósito (2018) es la única obra, tanto de Leonardo/Jaime Soriano como de Carlos Velazco, de la que se ha tenido noticia en años. Por el desentono de ambos con la robustez sugerida en El intelectual, se infiere que solo el hambre, la persecución y la muerte los hermana con la figura de Pogolotti.
 
 
Cuba no existe (Editorial Silueta, 2018) de Leonardo/Jaime Soriano. Selección, notas y prólogo, de Carlos Velazco, será presentado el miércoles, 12 de diciembre de 2018, a las 7:30 p.m., en Altamira Libros, 219 Miracle Mile, Coral Gables, FL 33134. Tel.: 786-534-8433.
 

Cuba no existe
(Editorial Silueta, 2018)


 

Para adquirir un ejemplar pinchar en el enlace: https://www.amazon.com/gp/product/0998687685?pf_rd_p=c2945051-950f-485c-b4df-15aac5223b10&pf_rd_r=5FE9ZDAGCX6V7KH91NK1

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Un comentario el “Cuba no existe (avance según Schwob)

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Esta entrada fue publicada el 24/11/2018 por en Narrativa.
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