Sinfonía para provocar el amor
Amor, amor, soy un magnate,
un multimillonario obsequioso.
He ahorrado en los bancos un millón de lluvias
para que bañen la cara oculta de tus ojos.
Mis palabras van a la escuela,
crecen, con sus músculos fabrican luceros.
Conquisté una congregación de mares
para que te desnudes en el fondo de
mis huesos.
Amor, mis libros se imprimen
cuando tienden a oscurecerse las imágenes azules
de tus sueños.
Entonces crepito,
veo que mis brazos salen del sol
y se me aposentan por un solo motivo.
Rejuvenecen mis células,
me nacen calles, puertos, parques con voces
sobrenaturales
y pájaros,
donde nos sentamos tú y yo;
donde te ofrezco mis insondables
riquezas,
mis posesiones
diabólicas.
Aquí te entrego a una de mis trescientas lunas,
con mil trescientos latidos
te compro vestidos que despeinan tu música:
vestidos de alma
que saben abrochar a mis camisas de alma.
Aquí relucirá nuestra residencia mayor
con el techo que le ha instalado la noche.
Ya conservo en este alabastro la orina
que despiden tus rosas.
Todo sucederá cuando aceptemos el desayuno
sobre desafortunados manteles;
todo sucederá, amor, cuando seamos un dialecto de la
belleza,
más allá de las lindes de otras lenguas.
Entonces seremos un pretexto para la aurora,
y las publicaciones de Marte anunciarán:
“Se observaron señales de vida
en un accidente de la Tierra”.
Retrato de mujer sin rostro
Mujer, si la preceptiva poética
me ha dado derecho a reiterar:
te amo
te amo
te amo
te amo
te amo…
Es porque tú respetas las leyes sociales
cuando andas por las calles:
desnuda
desnuda
desnuda
desnuda
desnuda…
El reino de dos
Mujer, eres el reino de tu propio ser.
Cuando un hombre te habita
se moja de tu propia lluvia,
se deleita de tu propia música,
lo frenan los límites de tu propia ley.
Se empina de tu propia gloria
para así desmoronarse de tu propia catástrofe.
Mas todo esto se cumple, mujer,
cuando tú te atreves a habitar,
de ese hombre,
el reino de su propio ser.
Deshabitado estoy de tu neblina…
Deshabitado estoy de tu neblina,
que trazara la estancia de tu piel en mi escritura.
Quedo turbado cuando sólo pernocto en la espesura de tu ausencia.
La sombra de tus piernas se tiende en mi cama,
esta noche en que no corono la humedad que quiso ser ofrenda.
Convivo con tu ausencia mientras mi verbo lo erige el silencio.
Quiero una respuesta que viole el roce de lo etéreo.
Quiero que seamos entrelazados el testimonio
trascendente de la vida:
la gloria de haber dejado sin voz al miedo
y, en nuestra vital entrega, sin corazón a la muerte.
Mensaje de texto de Pablo Neruda
Si pudiera escribir los versos más tristes esta noche…
Pero a ella no le gusta la poesía
y sólo puedo escribirle un triste mensaje de texto.
Poema de amor con malas intenciones
Yo tengo malas, muy malas intenciones contigo. Tengo la intención de librarte de toda duda, de volverte crédula de mis ambigüedades y contradicciones; de ser testigo de tu rostro cuando despiertas, de ese desaliño que no le muestras al mundo. Y tengo también la mala intención de perfumarme con tus sudores y olores más íntimos.
Sí, definitivamente, yo tengo malas, muy malas intenciones contigo. Por ejemplo, tengo la intención de que adquieras una incurable adicción a mí, a que no puedas dormir sin mi desvelo, a que no puedas sustituir mis palabras con las estrellas. Y tengo también la mala intención de arrastrar con tus años y tus arrugas, con tus achaques y berrinches.
Yo tengo la mala intención de hacerte volar por encima de tus muebles y cheques de pago, para que tus pies en la tierra no se conviertan en una rutina.
Sí, yo tengo la mala intención de que tú seas la dueña absoluta de tu espacio, cuando sepas que no puedes prescindir del mío; a que uno de tus hábitos sean mis besos y caricias súbitas.
Y, por último, yo tengo la mala intención de perpetuarme en ti con mis defectos, de ser esa salvedad con la que no pudo la zozobra de tu corazón, porque llegaste a creer que no podías vivir sin mí; es decir, con las malas intenciones de mi amor.
(Estos poemas pertenecen al poemario en preparación “Sinfonía para provocar el amor”).
Joaquín Gálvez
(foto: cortesía del autor)
Joaquín Gálvez (La Habana, 1965). Poeta, ensayista, periodista y promotor cultural. Reside en Estados Unidos desde 1989. Se licenció en Humanidades en la Universidad Barry y obtuvo una Maestría en Bibliotecología y Ciencias de la Información en la Universidad del Sur de la Florida. Ha publicado los poemarios ‘Alguien canta en la resaca” (Término Editorial, Cincinnati, 2000), ‘El viaje de los elegidos (Betania, Madrid, 2005), ‘Trilogía del paria” (Editorial Silueta, Miami, 2007), ‘Hábitat’ (Neo Club Ediciones, Miami, 2013) y ‘Retrato desde la cuerda floja’ (Poemas escogidos 1985-2012, Editorial Verbum, Madrid, 2016). Tiene en preparación “Sinfonía para provocar el amor” (poemas eróticos y amatorios) y “Para habitar otra isla” (reseñas, artículos y ensayos). Textos suyos aparecen recogidos en numerosas antologías y publicaciones de Estados Unidos, Europa y América Latina. Desde 2009, coordina el blog y la tertulia La Otra Esquina de las Palabras. Fue editor y miembro del Consejo de Dirección de Signum Nous, portal de Arte, Literatura y Pensamiento.
Muy 👏👏👏👏
Gracias querido Joaquín por regalarnos esas ventanas y poder fisgonear dentro de ti. Tienes un alma buena. Un abrazo.
Gracias, querido Carlos, por leer mis poemas. Un abrazo
Como ya es costumbre, Joaquín Gálvez nos regala con una poesía de altura a la que nos tiene acostumbrado.
Rolando Morelli
Gracias, Rolando, por tu lectura y comentario.