ALEJANDRO FONSECA
PERRO
Por cualquier vía irremediable
la noche oferta acontecimientos.
Hemos escuchado demasiado:
insomnio y duda para sostenernos
como animales comiendo flores de la patria.
Hay punzadas, estridencias, lenguaraces
perfiles y mecanismos que concurren
a favor de enfermedades memoriales.
A la hora de los fusilamientos
sería preciso acallar ese perro.
Todavía el payaso sostiene su mueca.
Esta noche vendrán a secuestrarte los ojos.
COLGANDO DE LA NOCHE
Estoy despierto colgando de la noche.
No pude soñar bautizos: las aguas
del comienzo se ahogaron entre paredes
que cercenan mi cabeza, los hangares
la morada que me pertenece.
Gratuidades afilan el placer de las bestias.
No podrán detenernos frente al mar.
Hijo del pobre, aquí los tesoros.
Iremos por el borde del fuego, acariciados.
Padre borracho que estás en los cielos
háblame de siluetas y reencuentros.
De súbito embarcaciones, vislumbres.
Los miserables manteles que tuve.
Cerraduras y nombres abren los sueños:
huyen palomas que se agarran al vacío.
Me hundo en la orilla, los días se arrastran.
Tendremos que esperar el desorden.
Un rostro marginal no puede mirarse
en las aguas que aparentan el diluvio.
EL DISCURSO
Nada de lo trazado sería historia:
ubicuidades de la sombra
se ensartan al brillo del animal
que pierde señales en el bosque.
Nada perfecto, ni los nacimientos
apenas las bondades de los difuntos.
Mi espacio se sumerge en los días
en los sueños ciudades se atrincheran.
Se descongela el mundo, a mansalva
escucho náufragos, una noticia
me abre pétalos en los ojos.
Por ninguna parte la primavera.
Pajarracos se suman a la montaña.
El discurso pudiera comenzar.
Textos exelentes.Alejandro Fonceca es un poeta cuya lectura siempre me intranquiliza.