HE VENIDO de lejos y he soñado.
Cada sueño en mis manos era el viaje
hacia el país inaccesible.
Cada viaje en mis sueños, la imagen
indivisa: carroña de la sed
al despertarse el cuerpo. Apetito voraz
del tiempo sobre ciudad desconocida:
el paisaje ruinoso de sus campos,
la mugre y la asfixia, bendecidas.
Una vez más el sueño y el deseo
golpeando los ojos hacia dónde,
extraño lugar del que regreso.
LA CIUDAD como el alcohol.
Caminar y sólo el golpe seco
donde saciar la sed.
A la noche, una ola de viento
calma y acaricia bajo los faroles
apagados por el racionamiento.
Una ciudad echa su aliento
para aliviarnos
dentro de su ruina. Su pestilencia
tira las náuseas, el sudor,
y el extraño alivio de su vaho último
es el único recuerdo
dentro de las ruinas.
DESDE EL AEROPLANO no se distinguía
lo sucio sino la serena dignidad
del trazado de las calles,
la arquitectura vetusta de los edificios
y el andar antiguo de las mujeres
y los hombres.
En ruinas, pero viva,
la ciudad decía su adiós
y aún espera.
Es el negro pájaro sobre el farol,
no el cuervo. Un pelícano
resucitó sobre su ala.
La lluvia, pertinaz, sobre el asfalto.
Las cosas por decir, a medio hacer,
como sin fondo.
El perro muerto durante meses
en la carretera. Su olor.
su desintegración al sol. Polvo de nuevo.
El rito fundador, oh, Hialeah.
Y nada más que el salto.
Nada más que el vuelo
de pájaros negros
picoteando el cristal.
Tragando el vidrio.
CORDIALIDAD DEL ODIO FAMILIAR
I love downtown Miami
pese a, o porque
hallo en ti
el diario excremento
de los homeless.
Hace tiempo albergué
a unos y a otros.
Luego nada,
salvo el deseo
de estrechar
las manos.
En este punto,
Downtown Miami,
nos asemejamos
a los locos con banderas
en alto por el día
de la marcha
por la libertad.
Los dos nos cruzamos
y bebemos la orina
seca del que ya no dice
nada. Una nada sin fin
son nuestras vidas
que van a dar a Biscayne Boulevard
o al aserradero de Home Depot.
Esa noche los cristales
soportaban la embarcación.
Todos podíamos mirar
hacia abajo. Tocar fondo
y gritar tres veces
e, incluso, hasta brindar
por la resurrección del crap
o del poema. Banderas
en lo alto,
más banderas.
LETTERS TO THE WORLD
Una lluvia incesante,
caminatas y un café rústico
alivian el cansancio.
El aire helado
corre por las venas.
Pero en cualquier lugar
hay pecados
para el poeta:
Emily Dickinson
violenta la noche
y sonríe
de haber escrito
palabras desde la soledad
y el silencio. Whitman,
junto a su negra etíope,
acaricia al muchacho de Manhattan.
Faulkner argumenta
la incapacidad de Benyi
para trabajar en un mercado.
Dos Passos culpa a los acreedores.
Hemingway termina con su cráneo.
Djuna Barnes convulsiona.
Ana Mendieta cae
desde un sexto piso.
Arenas toma barbitúricos.
Piri Tomas muta religiones.
Lennon muere
a manos de un obseso.
Dentro de la lluvia
un desconocido
alienta.
UNA SOLA CIUDAD
En las dispersas y numerosas ciudades
de Alejandría
escribiré del silencio de las noches.
El malecón, como la otra ciudad,
tendrá una historia.
El niño, como en el otro barrio, pedirá su cuota.
La playa, como en todas partes, negociará
el placer de hombres y mujeres.
La caída de la noche dará cuenta de otros
desplomes
perentorios. Pero hay una sola ciudad
como sólo hay un nombre
con el que llamarte. A fuerza y sin billete
llegarás a Alejandría
para saber del mutismo que tejiste.
Pero el viaje es un pretexto para el ciego,
y al leer los viejos manuscritos:
artificios, palabras, dirás, nada importante.
Sin notar la sangre ni la luz,
cerrarás las puertas y ventanas.
Esto y no otra cosa has aprendido.
RITA MARTÍN. Poeta, narradora, dramaturga y crítica literaria. Se desempeña como profesora de lengua española y literatura y cultura hispanoamericanas en la Universidad de Radford, VA. Dirige la sección de reseñas del MIFLC Review y conduce el bitácora de creación Grafoscopio. Entre sus publicaciones, poemarios: Estación en el mar, El cuerpo de su ausencia, Tocada por el astro; narrativa: Sin perro y sin Penélope; teatro: Virginia/Flores no me pongan; compilación: Homenaje a Eugenio Florit. De próxima aparición El secreto de Virgilio (ensayo) y los poemarios Los poemas de nadie y Poemas casi antiguos.