Poética Esquiva con elegancia las tertulias al uso, y escapa veloz, casi invisible, del que está siempre a punto de citar a Pound. Mucho antes que eso, prefiere el paso de los perros perdidos y las muchachas tibias en sus ventanas, tan cerca de los albañales y tan hermosas. Derecho de confesión Románticos guardianes de una vida, dulces detectives, temerarias cortesanas en servicio. Nadie estuvo conmigo aquella tarde en los acantilados. Siempre he muerto solo Incendiadas barcazas junto al mar y nada más. Nadie al partir y nunca nadie al regreso. Sólo el crepúsculo aplastando mi sombra y aquella infausta belleza que aún me busca -toda ella- con su vasto gemido azul Cinema Paradiso Bajo el polvo de los años descubrí que extrañamente la vida fue tan sólo mirar junto a ti aquella película interminable. Una brizna de alegría En la noche eterna de Anain yo te amo. Beso tu boca y tu saliva es dulce como la miel, aunque liviana como la lluvia que en mayo canta en los aljibes. Beso tus pechos, tus tibios y queridos pechos, y la tierra de tu aliento brama sobre mí con todo el fervor de la primavera. Mientras la luna alumbra la senda encantada de Anain, el amor de los muertos esta noche en nosotros perdura, y nuestra casa es como si fuera entonces una brizna de alegría que entregamos al mundo. Tienda de ilusiones He levantado una tienda para vender ilusiones. Tengo mariposas, corales, aromas de Bizancio, increíbles insectos devorados por la dicha. Del otro lado del mundo tú miras los relojes, abres un libro en la luz y me recuerdas. Yo vendo fantasías y de algún modo soy feliz con mi suerte. Ya nada me sujeta bajo los toldos lejanos. Ya nada me juzga entre las hojas perdidas. Miami, 1994
Carlos Barrunto (Holguín, Cuba 1952). Terminó estudios superiores de Pedagogía y Dramaturgia a fines de la década del setenta, y a partir de entonces alternó la docencia con la realización de programas radiales. Sus poemas se han visto publicados en diversas revistas literarias de Cuba y el mundo. Ha publicado el poemario Como casi nadie sabe (Editorial Silueta, 2008). Desde 1992 radica en los Estados Unidos.
No se si es porque Cinema Paradiso es de mis peliculas favoritas, pero ese poema me ha llegado al alma. Wow. Fascinante lo que pueden sugerir unas pocas palabras.
Misterio de la poesía; sólo por usted valió la pena haberlo escrito…