Revista Conexos

Una revista de arte y literatura, sin fronteras generacionales ni geográficas

Recapitulación y otros poemas

ARMANDO ÁLVAREZ BRAVO

Foto: Ernesto G.


Recapitulación

   Al final, tan poco sabemos.
De todo nos separó–
¿ una especie suprema de soberbia ?–
la inútil sabiduría
que con arrogancia acumulamos celosamente :
la materia de otra vida que no fue,
pero que nos redujo
a rafagazos de entrevistos.
Quedamos aislados.
Quizás, si algo, recuperar
el estado de gracia,
la efímera inocencia de la infancia,
sea, en la insalvable soledad
del acabamiento,
la locura de empeñarse
en ordenar el desastre
con los restos de las palabras
que declararon breves e íntimas victorias
y una demoledora derrota:
nuestras ficciones–
una página en blanco
para ser leída por quién, cuándo.
De nuevo y para acabar :
Un viejo es un loco que se mira en un espejo.


Miserias de la Fe

  Vida oscura,
sus confusos signos–
¿ quién puede desentrañar
los designios de Dios ?

  Acción y palabras–
puro vértigo e incertidumbre ;
edificar en la arena
 a pesar de uno mismo–,
se nos ha ido la existencia
en la tumultuosa fijeza
de saber e ignorar
lo venidero–
vivir partido en dos.

  ¿ Podemos salvarnos ?

  Pero, antes, tan poco,
por tanto que despreciamos
y lo desmesurado más que acongoja,
tan ya no humanos,
¿ somos capaces de recuperar
nuestra perdida naturaleza ?

  ¡ Cuán tremendo
ser quien se es
y que la Fe sea una gracia !


Estado crítico

  El alma en estado crítico,
¿ qué será de su frágil templo
si se recupera contra toda lógica ?

  Nada excepcional : una reducción.
Algo –¿ cuánto ?– habrá quedado atrás
en la sala de Cuidados Intensivos.

  Sin lugar a dudas,
tras superar la agresividad
de precarios signos vitales,
debe instaurarse
una apreciación matizada de las cosas–
un cambio, que se diría en música, de tempo

  No fatigarse. Ajustarlo todo
a un régimen estricto. Ser
el que nunca se imaginó que se podía
o se quiso ser. Tan difícil de encajar.

  Rectificar, para sobrevivir,
el imperioso y gratificador desorden del deseo
para que se cale arduamente
de la urgencia de más y más
de menos y menos ; deponer lo postergado
a justificarse en unas ardientes postrimerías.

  ¿ Qué clase de imposible tiempo
se compra –¿ contra uno mismo ?–
y a qué precio, debe adquirirse
sin regateos, para apostar
a unos frágiles años más ?
¿ Puede tan absoluto despojamiento
deparar la imprescindible salvación ?

  Vuelta al principio.


Cambridge

  Amanece en Cambridge.
Al otro lado del Río Charles.
más allá de los árboles.
los perdurables edificios de Boston.
Una joven pasa corriendo
por el lujosamente verde Memorial Drive.
se preparan para una eterna regata.
Los dormitorios se ladrillo rojo de MIT
se alzan armoniosos del renacido césped
de un verano tardío.
Los pájaros picotean en la hierba
en la que brotan mínimas flores amarillas.
La vida ha decretado
una tregua inviolable en este sitio.
y en el amable silencio
donde son posibles todas las conversaciones.
se respira en paz.
Liana pasó cuatro años aquí
y un sueño imposible se hizo realidad.
El río Charles sigue deslizándose inmóvil.

Cambridge, 1 de junio de 1987

Armando Álvarez Bravo, poeta, crítico literario y de arte, ensayista, narrador y periodista. Miembro de número de la Academia Cubana de la Lengua; correspondiente de la Real Academia Española y la Academia Norteamericana de la Lengua Española; y vitalicio de American Translators Association. Fundador y ex presidente del PEN Club de Escritores Cubanos en el Exilio. Su obra poética la componen: El azoro; Relaciones; Para domar un animal; Juicio de residencia; Las lejanías; El prisma de la razón; Naufragios y comentarios; Trenos; Cabos sueltos; Poesía en tres paisajes (Rastros de un merodeador nocturno, Noticias de Nadie, Sólo se puede confiar en la soledad); La belleza del físico mundo; A ras de mundo. Poemas escogidos, 1964-2006; Cuaderno de campo (1996-2008) y Poemas para la Princesa.

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Esta entrada fue publicada el 03/11/2012 por en Poesía.
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