Revista Conexos

Una revista de arte y literatura, sin fronteras generacionales ni geográficas

Ratas en la casa y otros poemas

IVÁN RAFAEL

Ratas en la casa

El día de la entrega de llaves,
después de la firma de escrituras,
creí oírlas hurgando,
afuera,
junto a los cubos de basura.

Probando a aparcar el coche nuevo,
unas semanas más tarde,
las sentí escarbar
en las tuberías que pasaban
por la plaza de garaje.

Cuando estaba haciendo la mudanza
las vi dentro,
en la nevera y el lavavajillas
en el horno y la lavadora.
Los estaban royendo.

Pero lo peor fue al recibir la primera carta
del banco
-que me pasaba por los créditos e hipotecas
del piso, la plaza y los electrodomésticos
el primer cargo-
y al intentar sacarla del buzón
toqué
una con la mano.

Sólo entonces fui consciente de la gravedad del problema.
La casa y las llaves,
el coche nuevo,
la plaza de garaje,
la nevera,
el lavavajillas,
el horno y la lavadora,
también las tuberías
y hasta el buzón
y los cubos de basura
no eran mis propiedades como pensaba.
Eran suyas.

Y yo
me encontraba
hurgando, escarbando y royendo
entre sus pertenencias
como una rata.

***

Un poema de amor y veinte versos de mierda

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: «La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»
(Veinte poemas de amor y una canción desesperada. Pablo Neruda)

No puedo escribir un poema de amor esta noche
y recitarlo luego como un balance de cuentas.

Las cifras tiritan en los paneles de la Bolsa
alumbrando una noche con las estrellas en venta.

Los pretendientes pujan debajo de los balcones
cantando serenatas en la jerga financiera.

No puedo escribir un poema de amor esta noche.
No puedo escribir que me siento como una cartera

donde tu eres un valor repartiendo dividendos
con un saldo positivo entre ganancias y pérdidas.

Que tus manos dan rentabilidad a mi producto
aumentando el rendimiento del flujo por mis venas.

Que tus labios son una oportunidad de negocio
si amplias tu demanda para colocar mi oferta.

No puedo escribir un poema de amor esta noche
aunque abras tu sesión y repunte mi tendencia.

Aunque nos fusionemos y coticemos al alza
y mi capital de beneficios entre tus piernas.

No quiero escribir un poema de amor esta noche
sino veinte versos de mierda.

***

Entiendo que quieras hacerlo salir por poniente

Entiendo que quieras hacerlo salir por poniente,
a la una de la madrugada incluso,
que luego quede fijo en posición cenital,
que irradie luz al mismo tiempo en todos los meridianos
y que brille,
que brille con fuerza sobre el mar y la tierra.

Entiendo que quieras hacerlo salir por poniente
y todo lo demás.

Ahora bien,
lo que te digo
es que espero la noche,
la noche estrellada y las lunas redondas
a lo sumo,
y danzar,
danzar en la penumbra sin raíces en los piés
ni semillas en la cabeza.

Eso
o dejar de ser un girasol.

 ***

Comentarios en Rosa negra

Yo también la he buscado
en el altar de la Catedral,
en el jardín del Palacio Real,
en los jarrones del Congreso,
en los parterres del Ministerio,
en la floristería del Corte Inglés,
en el atrezzo y decorados de la TDT,
en las solapas del Banco de España,
en los campos de tiro de la Armada,
en las ferias de la Biblioteca Nacional,
en el campus de la Universidad,
y en las pipetas del CSIC.
No la ví.
Yo también la he buscado. Yo también la he buscado
y estaba en mí
vino de tí
po
li
ni
zan
do.
Po
li
ni
zan
do.

***

Recuerdo la democracia

Recuerdo la democracia como un día de fútbol.

Las alineaciones.
Los pronósticos.
Las quinielas.
Las discusiones en la barra del bar.
Las colas de las taquillas.
La radio dando los resultados.
Las ruedas de prensa.
Las lágrimas.
Las banderas.

Recuerdo la democracia como un día de fútbol.

Y los lunes sin haber tocado bola.
Y los lunes jugando en otra Liga.
Y los lunes
con ganas de saltar al césped
a darle patadas
a una urna.

***

Fobia al avión

Desde entonces
me atormenta vaciarme sobre el caucho negro
de una cinta transportadora.

Me alarman los arcos de seguridad.
Los billetes me agobian.
Los pasaportes me angustian.

Me asfixio en los asientos numerados
-centro,
pasillo,
ventanilla-
con vistas todos a la misma pantalla
con la misma película.

El cuarto de baño separando
la clase turista
de la business class
me produce náuseas.

Me marea el perfume de las azafatas
y la voz inodora
del capitán.

De sólo pensarlo,
siento pánico al leer un destino
marcado
-con fecha y hora-
en un panel electrónico.

Tengo fobia al avión desde entonces,

el día
que aprendí a volar
en tus ojos.

 ***

Análisis de la reforma del Código Penal

Usted tiene una bomba.
Tipo penal del delito:
Tenencia ilícita de armas
junto a tráfico sanguíneo.

Usted tiene una bomba.
Procedimiento del juicio:
Será declarado culpable
siguiendo su propio ritmo.

Usted tiene una bomba.
Efectos del veredicto:
Le serán paralizadas
aurículas y ventrículos.

Usted tiene una bomba.
Atenuante admitido:
Que usted tenga una bomba
y nunca le haya latido.

Iván Rafael

Iván Rafael

Según le han dicho, nació en Oviedo en 1976, aunque no conserva recuerdos de aquel momento. Desde entonces reside en Madrid, lo que no consigue olvidar aunque lo intente. Estuvo en el colegio, el instituto y la universidad. Ya no. En la actualidad se dedica, entre otras cosas, a escribir poemas que publica en el blog http://vozdetiza.wordpress.com/  y allá dónde sean acogidos.

 

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2 comentarios el “Ratas en la casa y otros poemas

  1. Cristina
    11/01/2013

    Me han gustado tus poemas, sobre todo el primero, el quinto y el último. Una irreverencia muy atinada.

  2. Iván Rafael
    17/01/2013

    Gracias Cristina.

Los comentarios están cerrados.

Información

Esta entrada fue publicada el 05/01/2013 por en Poesía.
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