una mujer baila
amparada a la noche
despliega sus brazos
como decir sus alas
desde el centro del aire
hacia las afueras del aire
en diagonal a los espacios de la luz
entre los costados de la sombra
una mujer gira
como un astro
y sobre sí misma
esboza
la ruta del azar y sus conjugaciones
gira
baila
alza un tiempo magnético
como quien alza un pájaro
desde la tierra que lo atrapa
y traza con un carbón encendido
el lenguaje bermejo de las cavernas
baila
y con ello sacude
los miedos de la infancia
que aterrados todavía
nos llaman desde su adentro
una mujer baila
sobre el corazón de la madera
para enardecer
el latido ciego de la vida
baila sobre mis heridas
para recrudecerme
el camino del remordimiento
una mujer baila
sola contra la adversidad
baila sobre el planeta errante
sobre un contratiempo de la memoria
y se fuga en esa fuga de la música
y vuelve sobre sí misma
para revelarnos
un deseo desterrado del Paraíso terrenal
todo hombre es su propio sol
en la media noche del hastío
cuando los grillos chillan
como fuego endemoniado
y las estrellas
están más distantes que nunca
bajo la luz del aguardiente
todo hombre
apaga
la lumbre interior de la nada
mientras mira dormir
a la mujer que le cedió el destino
no la que le inventó la ilusión
todo hombre
que como yo se emborracha
junto a la mujer
que nos huye en sueños
evade la necesidad del otro
hace de su fracaso
un tintineo abstracto
y se bebe en silencio su perdición
pido perdón
a todas las mujeres que estuvieron conmigo
sobre todo
a las que con otra mujer traicioné
será que amo más a la mujer que a una mujer
será que hago acopio de los placeres vividos
como si el amor fuera memoria
y no lo que es o debería ser o uno se inventa
yo qué sé
yo sólo se que todo sucedió
por mandato divino o del azar
o por insensatez pasión desidia
qué sé yo
pero así fue
y cada una de ellas
entre mis brazos brilló
única
aunque fuera tan sólo una sola vez
Amor
de qué te sirve un poeta
él sólo tiene palabras
soledad y palabras
una frase amable
y muchas ilusiones de papel
de qué te sirve un hombre
que desconoce los límites
que edifica una muralla de sombras
donde guarecer los destellos de su sueño
el poeta sabe poco de alegrías
es más un traficante del infortunio
un ave agorera en territorios desolados
él comercia con los ciegos estrellas distantes
vende a los sonámbulos sueños de ímpetu nocturno
navegaciones a los que padecen de insomnio
él les lleva flores a los árboles
aluminas al corazón de los peces
carbunclos a las luciérnagas
él destila nubes bajo el sol absorto
de verdad
amor
desistí
a él ni Platón lo quiso en su República
es al primero que acosan por ser zorro
al primero que apresan por ser pájaro
al primero que matan por ser lúcido
y lo que es peor
a él siempre le cobran
recargo en los recibos de la luz
desdeñalo
él no podrá darte ninguna seguridad
hace gala de su pobreza
del verde sol de su ocio
y como un niño
en todo cree ver el asombro
te lo advierto
amor
no te involucrés
él sólo puede ofrecerte
el territorio gris de las vías libres
te miré tan asustado
tan niño
Padre
cuando la muerte
anunció en tus ojos
su llegada irrevocable
hubiera querido decirte
gracias
despedirme de vos con un abrazo
recordarte que Dios
te había desde siempre perdonado
Dios perdona a todos
los que apuestan la vida por la vida
los que improvisan
con el coraje del corazón
la ruta de la existencia y sus azares
yo sólo hubiera querido decirte
que te amo
que amé tu altivez entre los altivos
tu humildad entre los humildes
y ese terco orgullo
forjado
en la noble arena de los desiertos
II
hubiera querido llevarte
Padre
frente a la tumba de tu Padre
hubiera querido
que perdonaras en vida
el abandono que en vida te hizo
el que yace ahora
abandonado en Puerto Padre
hubiera querido que te fueras
sin ese peso en el costado
que en la otra orilla
fuera más ligera tu carga
que dejaras las heridas de este lado
III
ya podés irte en paz
viejo niño padre mío
ya los nietos hablan de vos
como si no te hubieras ido
como si fueras una presencia
que sabemos perpetua en nuestras vidas
no temás
no bien traspasés el túnel de la luz
las Huríes te devolverán tu corazón de niño
jugarás de nuevo entre el sol de los muertos
y le daré a mi Padre
el abrazo que en su muerte no pude darle
a mi Padre que yace ahora
abandonado en Puerto Padre
a Francisco Amighetti
In memoriam
I.
derramo
los primeros tragos del aguardiente
para que los ángeles
beban conmigo en soledad
con amigos así
es fácil perder la cordura
nada mejor que beber
amparado a su pulcritud
extraña costumbre esta
a la que a diario me acostumbro
para exorcizar los fantasmas de la tierra
para despertar la embriaguez seráfica
y alzar vuelo en medio de la nada
II.
salud
hermano
salud
de más está decir
que cada uno lee en el otro
el cúmulo de sus miserias
de más está decir
que envejecemos
y que de nada nos sirven
las estatuas de sal
que dejamos perdidas en el camino
(el viento a nuestras espaldas
sopla una tramontana inútil)
salud
hermano
salud
por esta soledad que compartimos
frente a frente / espejo contra espejo
III.
hoy no llamaré a nadie
hoy quiero emborracharme
a solas con mis ángeles
aquí adentro
no hace falta el mundo
tenemos amigos
que desde las sombras
celebran con nosotros
en silencio
hermanos que releemos
a la manera
en que se lame un animal herido
aquí
ni siquiera
hace falta la música
nos bastan
la palabra y el aguardiente
el humo sagrado
y otras comunes pertenencias
aquí no hace falta nada
aquí hacen nido los pájaros nocturnos
y Homero y Ulises vuelven a quemar las naves
Osvaldo Sauma (Costa Rica)
Poeta. Profesor del Taller de Expresión Literaria en el Conservatorio Castella, San José, Costa Rica desde 1981 a 2010. Autor de: Las huellas del desencanto (1983), Retrato en familia (Premio Latinoamericano EDUCA, 1985), Asabis (1993), Madre nuestra fértil tierra (1997), Bitácora del iluso (2000), El libro del adiós (2006). Antologias realizadas: Poesía Infantil del Conservatorio Castella (1986), Antología del Conservatorio Castella (1990), Los signos vigilantes (antología de poesía ecológica, 1992), Tierra de nadie (9 poetas latinoamericanos, 1994), La sangre iluminada (6 poetas latinoamericanos, 1998), Martes de poesía en el Cuartel de la Boca del Monte (1998), Antología de seis poetas latinoamericanos (2006). Coordinador de la rama de literatura en el Festival Internacional de las Artes de Costa Rica en los años 1994, 1998, 1999, 2005, 2006 y 2009. Ha sido jurado en los premios internacionales Ricardo Miró, rama de poesía (Panamá 2000), primer premio hispanoamericano de poesía Sor Juana Inés de la Cruz (México 1997) y Juan Ramón Molina (Honduras 1983), entre otros. Su obra ha sido traducida al inglés, al francés, al portugués, al árabe y al hindi. Ha participado a numerosos festivales internacionales de poesía, como: Medellín y Bogotá (Colombia), Granada (Nicaragua), Rosario (Argentina), Festival Mundial de la Poesía (Chile), Mundo Latino (México), Festival Internacional de las Letras Jaime Sabines (México), Festival Intercontinentale della Poesia Mediterranea (Roma, Italia), Kritya, Mysore (India), entre otros.