Inocencia
No hay vuelo en la suma alegoría
que desate mi furia o mis miedos
ni un blanco mármol
ni marchitas flores
Mi mano se levanta
marca el ritual de un tiempo repulsivo
De otro lado las sombras
son pasión perpetua
No hay presa que sacie la sed
el vacío
Cualquier olor
se humedece
se descarna
se dispersa
Desfiladero de liebres
y de palomas maduras
Sólo un leve rasguño
una hilacha de piel o de ala
y mi zarpazo se cuelga sobre el mundo
Cuando vuelva a mi nombre
heredaré la intemperie de las ataduras
caerán los panes y los peces
por agujeros de hambre
Coseré mi cuerpo a sus molduras
y en algún tejido viejo
bordaré unos velos como alas
Fingiré la distancia en que divido
la huella más honda de otra carne
la carne más honda de otra huella
Cambiaré la rosa por los nardos
La llaga sanará en su propia sangre
Otros nombres habitarán el silencio
La carne ansía las almendras
moldura que el hombre parte
en su cáscara fangosa
en la incesante cruz de los atisbos
La carne es posterior a toda muerte
hasta la que dios quiere
y rehúsa
en el signo del centro de su ojo
La carne es carne
no un guante estéril
no una vasija revirtiendo piedras
Yesca en volumen de triunfo
en zumo violáceo
Penetradora de otra carne
Surtidora de otra carne
Arcilla negra de altivez rosa
Tribulación
Allí queda mi fuga
Teñida la víspera
en la tempestad del vaso que envejece
Ala que sale del pecho
hinchada del viento
de la luz
del océano a la página
En la garra del vuelo
En las manos de la noche que quema
El grito del desafortunado
Yo vi a la bestia
devorar los sueños de un joven
que de sur a norte fue perdiendo estatura
La vi al acecho de la cabeza agitada
bajo un cielo callado y tormentoso
Pretenciosa, vestida de ángel,
arrancaba los párpados
y la miseria que los andrajos encubren
cuando se mutila la carne
Yo vi a la bestia deshacer de un tajo
el estigma del perdón
que el desafortunado
encontró en la magnitud de su lengua
El huésped
El huésped permanece ineludible
Mi llaga erosionada
es su cena
Asoma sosegado
del otro lado del eco
Sus manos son un pez
que suele devorarme
LIYANIS GONZÁLEZ PADRÓN (Pinar del Río, Cuba 1971) Cursó estudios en la Escuela Vocacional de Artes de su ciudad natal y en la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana. Reside en Ecuador por más de 15 años. Se ha dedicado fundamentalmente al trabajo docente. En la actualidad es profesora de Lengua y Literatura del Colegio Americano de Quito. Ha colaborado con periódicos, revistas literarias y editoriales de Ecuador y Cuba. Ha participado en recitales poéticos: Encuentro internacional de mujeres poetas, Biblioteca FLACSO, Poesía entre mujeres, Librería Mr. Books, Quito, Recital internacional de jóvenes poetas, Universidad Salesiana, Guayaquil, entre otros. Hasta el momento tiene publicados tres poemarios: Estaciones de sombra (2005), Cofre de alquimias (2008) y Cambios de nombre (2012). Algunos de sus textos aparecen en la Revista Cultural Cauce, Cuba, y la Revista Rayentrú, Chile. Poemas suyos han sido publicados en las Antologías: Cascada de Flores, poetas hispanoamericanos, Chile 2008, V Festival Internacional de Poesía Joven Ileana Espinel Cedeño, Ecuador 2012, y Poesía en Paralelo Cero, Ecuador 2013.
Excelente. Felicitaciones para conexos y sus poetas.