Revista Conexos

Una revista de arte y literatura, sin fronteras generacionales ni geográficas

Cinco poemas de Liyanis González Padrón

LIYANIS GONZÁLEZ PADRÓN

 

Tal vez la muerte no regrese hoy a tus papeles
y no por eso
olvidarás encontrarla cada noche.

Eduardo Langagne

XII
 
y ahora
que resurjo
como tantas veces
en mis papelitos
gastados
sin un sólo pacto
de esta carne ceñida
me desnudo los pies
con vehemencia
contrita
como muestra
de escarnio
de pudor
de triunfo
hojeo poemas
sin mutación
de ánimo
en esta habitación
inerme
marchita
este abismo de espanto
donde antes
y siempre
oscurece mi tiempo
 
 
 
XX
 
Confío en este grado de tristeza
y no poseo el arte de ser
puerto o nave
 
Mis armas vuelan
en la imaginación, el instinto
papelitos como molinetes de fuego
en el zumbido de una mosca
 
He descendido
hasta el parpadeo de un ángel
y he vuelto como una copia fotográfica
en su presagio de signos
 
Así la noche me devuelve
la suciedad de los cuerpos
la breve luz del espejo
bajo su pan de oro
 
Así mi voz tensa, débil
-en negra boca de ensueño-
es el hechizo de este horror
 
 
 
XXV
 
La innombrable silueta de una mujer
vuela en su último sueño
y calla el instante de sus acertijos
 
¿Qué rostro de su historia
se estampa en el muro igualador?
 
¿Qué certeza en la mano de agua
escribe o ignora su aspereza?
 
No hay contorno que aplaste su cuerpo
por el abandono de su nombre
 
Cualquiera puede ser la que se olvida
 
Su vuelo no es cierto
es sólo sombra y milagro
 
 
 
XXVII
 
Observo sin rumbo
este punto inmóvil
las pálidas hojas
en el pequeño charco
que es la vida
 
El enigma es la sombra
entre las hojas y el agua
borde inasible
para beberse la muerte
 
Otra distancia es el eco
de la carne raída
otro aire, piel de plumas
sin el pez y el abrazo
 
Es la luz en la luz
creación de un instante
 
cavidad del milagro
donde enciendo el poema
para tocar lo ausente
 
 
 
XXX
 
Encausado huésped
permaneces por cuatro siglos
en la boca que traslada otras voces
 
No termina tu imperio
y me buscas la cara
en las horas del recuento
en los pliegues de la almohada
sudados por la fiebre
 
Tus pasos tienen el sonido
que pulveriza mis ojos
y tu sombra alargada
rezume el tiempo
en mi cuajada lengua
 
Escondo mis papeles de tus manos
muestrario gimiente de miserias
 
Sin peso, sin dimensión, sin desalojo
me desnudo ante ti
me echo a llorar, de pura rabia
 
Pesadilla en ráfagas de cierzo
pago mi deuda
y regreso
al otro borde de la noche
 
 
Estos poemas pertenecen al libro inédito Papeles nocturnos.
 

Liyanis González Padrón (Foto cortesía de la autora)

Liyanis González Padrón
(Foto cortesía de la autora)


 

LIYANIS GONZÁLEZ PADRÓN (Pinar del Río, Cuba 1971) Cursó estudios en la Escuela Vocacional de Artes de su ciudad natal y en la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana. Reside en Ecuador por más de 15 años. Se ha dedicado fundamentalmente al trabajo docente. En la actualidad es profesora de Lengua y Literatura del Colegio Americano de Quito. Ha colaborado con periódicos, revistas literarias y editoriales de Ecuador y Cuba. Ha participado en recitales poéticos: Encuentro internacional de mujeres poetas, Biblioteca FLACSO, Poesía entre mujeres, Librería Mr. Books, Quito, Recital internacional de jóvenes poetas, Universidad Salesiana, Guayaquil, entre otros. Hasta el momento tiene publicados tres poemarios: Estaciones de sombra (2005), Cofre de alquimias (2008) y Cambios de nombre (2012). Algunos de sus textos aparecen en la Revista Cultural Cauce, Cuba, y la Revista Rayentrú, Chile. Poemas suyos han sido publicados en las Antologías: Cascada de Flores, poetas hispanoamericanos, Chile 2008, V Festival Internacional de Poesía Joven Ileana Espinel Cedeño, Ecuador 2012, y Poesía en Paralelo Cero, Ecuador 2013.

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Un comentario el “Cinco poemas de Liyanis González Padrón

  1. David Jesús Avello Gaete
    30/06/2014

    Que extraño destino el de estas palabras. Cada sílaba incrustándose en el corazón como una bala de cañón. Interminables e insaciables: Amorosas y duras como una piedra riquísima. Y sin embargo, a pesar del entusiasmo, a pesar de esa verdadera pasión por la vida, un dejo, un guiño apenas, cargado de tristeza: de esa, de la más dulce…

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Esta entrada fue publicada el 28/06/2014 por en Poesía.