CAMINANTE
De la orilla de la milpa
el poeta recoge dos elotes
porque le pertenecen.
Fueron sembrados para él
El pueblo sabe que el sudor de su frente
no proviene del sol
sino de sus entrañas demolidas
Mastica solitario
Pero antes ha escrito
el poema del hambre
RESPONDA
Amonestan al hombre
que en harapos
busca a Dios en un bote de basura
¿Qué si en ningún corazón tuvo tal suerte?
¿Qué
si a los niños vio muertos en la calle?
¿Acaso usted, lector, puede ayudarle?
¿Acaso usted ha secuestrado a Dios
y por eso este hombre
ya no puede salvarse?
HERENCIA INMÓVIL
En un armario
tengo encerrado a un cuervo
El armario perteneció al abuelo Raquel
El cuervo al bisabuelo Poe
A veces
el viento sacude las hojas del armario
y se me salen
sin querer
los poemas
PENA
Este día me levanté desmesuradamente tarde
Miré mis manos
Indagué mi esqueleto
El horizonte no tenía sentido
El sol tostaba los techos de las casas
En la calle
ni los perros ni los panaderos quisieron relatarme
la manera en que murió el amanecer
CASA # 6
–para Rocío Bolaños, finalmente–.
Nadie toca a la puerta de mi casa
Las mariposas entran en silencio
con cierta danza de mujer conmovida
La lluvia penetra hasta las raíces de los árboles
A veces
los niños tocan el timbre
y huyen
Me gustaría que alguien
una tarde
–huyendo del mundo–
derribara la puerta de mi casa
Sería hermoso compartir
tan adusta soledad
ORACIÓN
Yo que te vi crecer arrullando mazorcas
costurando los huesos guerreros
con los huesos de los árboles
vengo a depositar un beso en tu rastrojo
Tierra
Yo que te vi ondular
la procesión desnuda de los jóvenes cuerpos
vengo a buscar las flores que para mi esparcieron en tu acorde
los abuelos
Río
Yo que escuché tus cantos al apagarse el sol
en la ceniza del tembloroso horizonte
vengo a secar el sudor del arcoíris que amarraste en tu frente
y a relatarte que la guerra por fin ha terminado
Cielo
Yo que dejé mi aliento encarnado en las palabras
Yo que lancé mi fuego a las estrellas
Yo que sembré en el viento veinte veces mi sangre
Yo que fui Olote, Piedra, Diadema, Chirivisco
Vengo a entregarte todo mi pasado
Muerte
DESPIADADA CIUDAD
–Al interminable poeta Ulises Masís–
Intentaba deshacerme de mi corazón
pero ningún mendigo tuvo a bien aceptarlo
lo icé entonces por encima de los hombres
-imponente
prodigioso-
y los hombres inquirían por el patrocinador
despiadada ciudad
DESAMOR
Te devuelvo los pájaros del pecho
te devuelvo tus cartas (sin palabras)
te devuelvo los pies sobre la tierra
te devuelvo tus sílabas secretas
te devuelvo las llaves de mi sueño
te devuelvo el placer que bautizaste
te devuelvo lo que me fió tu vientre
te devuelvo el sudor del cubrecama
te devuelvo el olor de los jazmines
te devuelvo el zapato que tiraste
Devolveme la calma
Otoniel Guevara (El Salvador, 1967) Poeta y editor. Estudió agronomía y periodismo. Ha publicado alrededor de 30 títulos de poesía. Director Ejecutivo de la Fundación Metáfora y Director del Proyecto Editorial “La Chifurnia”. Sus poemas se han difundido en revistas, antologías y eventos en una treintena de países de América y Europa, muchos de ellos traducidos a varios idiomas.
Poemas que doman con suavidad las palabras, hay algo prístino en ellos, como venidos de un mundo donde la poesía aún consuela.