Atelier
Una pared en blanco pintada con espátula
En las ventanas, creada con espátula, la luz
Paneles y persianas, diseños de una espátula
Tallos, pencas afuera, trazos verdes de espátula
La mesa, maderamen forjado con espátula
Una mujer desnuda se recuesta en la mesa
Un hombre la dio a luz con una espátula.
Sabrás llegar a mi casa
La noche se ha cegado
Miedos y voces de animales
Andan por el camino
Al final de un atajo
Verás la boca del túnel
Entra, la oscuridad te acoge
Guíate con chasquidos de la lengua
Llega hasta la salida de la gruta
Hay un tapiz de hojas coloradas
Y de estiércol de pájaro
Un orbe en terracota
Abismos y derrumbes
Oleo denso,
Arcilla firme bajo tus pies.
Más allá del arroyo
Entre plumajes grises
Y ojos de lechuza
Verás la entrada secreta
La puerta está entornada
Entra.
Frutos de verano
Habitación de hotel.
Afuera los mangos se han preñado
Los insectos aletean en las bujías.
Las lagartijas llegan.
En la mesa del cuarto, dos huéspedes.
Él juguetea con las llaves
Sus ojos se deslizan por la copa,
Las manchas de labial sobre el cristal,
Las orejas, la nuca de ella
Las pecas en el claro del pecho.
Un golpeteo de nudillos en la puerta.
El mozo trae vino.
La sangre pulsa con ímpetu en las venas.
Alguien llega a la puerta de enfrente.
Se oye el crujir del cesto de la ropa.
Dos lagartijas se palpan en el zócalo.
Ella ríe. Vuelca el vino en la mesa. Él ríe.
Chapotea las manos en el pozo de vino, ríen.
Con las yemas untadas le abre surcos en el pelo,
Le unge el cuello, la pelusa del pecho…
Las mejillas se afiebran.
Un torrente de agua se desploma sobre el techo en voladizo.
La lluvia desgaja los mangos de los árboles, la pulpa anaranjada se agrieta.
El cuarto se llena de olor a tierra húmeda, a mangos en sazón, a secreciones.
Presagio
Sube, se escucha desde la casa,
se oculta en las noches húmedas y calurosas,
la voz monotonal de la rana de árbol… el grito…
Crece, se extiende por las cercanías del río,
la prole de la rana de ojos rojos… su canto pertinaz…
¿Alguien oye el augurio de ese grito?
Ximena Gómez
(Foto de Eva M. Vergara)
Ximena Gómez. Colombiana, psicóloga, se especializó en educación y creatividad en Colombia. En su país trabajó como docente universitaria y ofreció talleres, seminarios y proyectos para el fomento de la lectura y escritura en los niños. Llevó a cabo talleres sobre cuentos fantásticos con niños y profesores y escribió sobre lo fantástico. Al llegar a los Estados Unidos estudió lenguaje y traducción. Poco después empezó a escribir poesía. Trabaja como profesora de español como segunda lengua en Miami-Dade College y como traductora. Poemas suyos han aparecido en diferentes medios digitales y algunos se han traducido al portugués. Reside en Miami.