El lavaplatos
Es el último
en la cadena alimenticia
Se come a veces
las mitades de pastel
dejadas por muchachas
arrepentidas del azúcar
De los arrepentidos es el pan del lavaplatos
No le preocupa
si han dejado sobras
porque están rancias
ni que se contagie
alguna enfermedad
por comer segundas
Su tristeza es otra
acariciar a su mujer
con las yemas de los dedos
arrugadas por el agua
sentir las cosas
con el tacto de un viejo
Solamente una vez a la semana
las cosas que él toca
las siente a su tiempo
De un día por semana es la juventud del lavaplatos
De El libro de los oficios tristes
Lobo de peluche
Señores,
Hay veces que el feroz se afelpa y duerme sintético contra un pecho adolescente que lo mima y acicala. Sus días se acomodan sobre la almohada, mirando inmóvil el techo. En esas horas botarga, recuerda heroicidades, noches en que corrió la falda de las tres de la mañana, rones famosos, vueltas rapaces a la esquina, yendo siempre hacia el origen de la música.
Envuelto en las cobijas, el lobo de peluche se conforma con enseñar audacias al gato de la casa, lo instruye en las posibilidades oceánicas de una madrugada y lo manda a practicar cada noche la lección.
El gato a su regreso le cuenta sus triunfos de barda y alcornoque, riñas y conquistas de tejado, y los ojos del lobezno de cuanto escucha se iluminan, se llenan de ilusión, mientras una quinceañera lo aprieta en su regazo, y no llora. No llora porque los lobos de peluche tienen ojos de plástico.
De El lobo de corazones
De la avispa
El aire viciado cristaliza a veces en agitadas y pequeñas partículas llamadas avispas. Los malos olores, las malas vibras se anudan hasta hacer avispas. La avispa es el dardo, el cielo es el odio. La avispa el colmillo, el aire la rabia.
Todo el odio vuelto grano, todo lo malo que se reconcentra, brota en avispa. La avispa es el agravio, el aire la intriga. También lágrima de una libélula recelosa. Acné de un canalla que se contiene.
Tirria de a gramo, astilla de enojo, miga de venganza. De avispas se infesta el ambiente si se concentra el insidioso en su maledicencia.
Poco sirve prevenirse de esta munición del mal aire, nos convencerán sus contundentes curvas, sus líneas irrefutables. Más bella que ruinosa: pólvora caderona, perdigón cachondo, bala que salva.
El artesano del vidrio
La flama del soplete
lo va dejando ciego
se promete renunciar
cuando falle la vista
No cumple
Si se protege con lentes parasol
enceguece a fuego lento
Le espera un cuarto oscuro
amarillo, decía Borges
¿Qué fuerza lo sostiene en la tragedia?
Si él no pretende la obra maestra
sus miniaturas no llegan a subasta
son para vitrina y esquineros
¿Lo ha hipnotizado
el fuego fatuo
causante de toda industria?
La graduación de sus lentes
aumenta cada tanto
cuando cambia de anteojos
funde el vidrio de los viejos
y lo usa en sus paisajes
Continúa hasta que el vidrio
encarna en sus entrañas:
sus ojos también
ya son de vidrio
uno que ya no sirve
para ningún paisaje
De Bestiario
Miguel Maldonado
(Foto cortesía del autor)
Miguel Maldonado (Puebla, México, 1976) cuenta con un doctorado en Teorías de la Cultura por la Universidad de las Américas en cotutela con la Sorbona. Maestro en Ciencias Políticas por la BUAP y la Universidad McGill, Montreal. Premio Nacional de Poesía Joven Gutierre de Cetina 2005, ha publicado los poemarios: Poesía Magia corriente (Estraza ediciones, 2004), La carne propia (Colibrí, 2006), Ciudadela (CONACULTA, 2008), Los buenos oficios (CONACULTA, 2010), S´attarder aux détails (Canadá, Écrits de Forges-Mantis Editores, 2011), Una gota (Tokio: One stroke, 2012, con diseño de Katsumi Komagata), Lobos (Taller Ditoria, 2012), 420 golpes / 420 Strokes (Book Thug, 2012), Octavio Paz: Hommage et profanation (CNRS, 2014), El libro de los oficios tristes (Monte Carmelo, Destrazas Ediciones, 2015) Bestiario (Aldus, 2015). Miguel Maldonado ha sido diplomático mexicano como agregado cultural en Kenia, ha sido jefe de redacción de la revista Revuelta y ahora subdirector de la revista UNI, revista de pensamiento y cultura de la Universidad Autónoma de Puebla.
En el nombre de los lavaplatos, los soplavidrios, los lobos de peluche que amigan con gatos…, doy gracias a Miguel por estos poemas.
Maldonado entre los mejores poetas de su promoción en México…