Revista Conexos

Una revista de arte y literatura, sin fronteras generacionales ni geográficas

Siete poemas de Raúl Tápanes López

RAÚL TÁPANES LÓPEZ

 
Cuasi-poema
 
Este es un casi-poema de mil cosas
juntas como lluvia, soledad, viento
y verso. Un lento cursar del tiempo,
voces e insectos; luz, espinas, rosas.
 
Este es un poco-poema ya cansado
de tarde doliente y ciudad desierta,
patada inútil a perro sin culpa
que muerde el corazón desangrado.
 
Seco asunto al margen que va al ojo
regando de piedras toda la calle,
el sol, el charco, la hoja y el alelí:
 
cuasi-poema que ya paro y arrojo
callado para que nadie lo halle,
en el centro del duelo, ni allá, ni aquí.
 
 
(1975
 
 
 
El tío Antonio
 
siempre de traje –raído y sucio- con sombrero de pajilla y
el bastón como viejo conocido, sobrinos indiferentes,
amores fracasados y tempranas soledades: inútil solterón
por quien nadie esperaba. Su mundo la calle y su catedral el
parque, amigo de los desclasados, perdedor para los de
arriba y pieza insustituible del paisaje de tanto loco y
pordiosero, de tanto tonto y fracasado en las fondas de
arroz frito para pobres y las tazas de café que aún se
vendían a cinco centavos el milagro. Famélica pensión de
retirado y toda su vida en un cuarto estrecho y húmedo
lleno de maravillas insospechadas:
 
1. Mecánico pez dorado que movía la cola
2. Revista pornográfica del siglo pasado
3. Pluma de fuente que ya no escribía
 
Su conversación un monólogo porque ya estaba de vuelta de
todas las novedades y todos los espantos, sólo le movían la
nostalgia y el verano que se le había ido con el esplendor de
épocas doradas y bandas de música, retretas en la glorieta
y elegantes muchachas, finos cuellos bordados y pañuelos
perfumados: murió callado sin una queja para no ver tanto
cambio y hecatombe; apenas despidieron el duelo un
borracho arrepentido y una vieja puta marginada. Fue el
último de su especie, un caballero siempre de traje –el
único de la familia- entre anormales y ladrones, entre la
mugre y el olvido.
 
 
De Los animales y el recuerdo (1995)
 
 
 
Lobito, puerto negrero
 

En verdad toda lengua fuera escasa
Infierno, La Divina Comedia, Canto XVIII
Dante Alighieri

 
Tras la ventana de los años contemplo el paisaje invariable
del puerto,
allá los barcos atrapados en la guerra
y las detonaciones submarinas de protección,
allá los vendedores de miseria en las esquinas:
trozos de caña, puñaditos de carbón y sexo hediondo;
abajo el barrio de los pobres,
barro sin ventanas
y mujeres bajando de los cerros
con insospechadas cargas
en equilibrio permanente sobre sus cabezas,
caderas silenciosas como las caravanas negreras bajando
de la altiplanicie,
sin noticias de Baroja ni de novelistas de altura
(los escasos blancos pasan fugaces y escamoteados
en el fondo de sus autos cerca
de las aguas oscuras del Atlántico sur
que apestan y rebotan contra los acantilados).
 
 
De Los puentes rotos (1996)
 
 
 
Ataque aéreo
 
Era el sitio una arena espesa
seca Dante Alighieri
 
Pies de fango y vientres hinchados jugaban los niños
en los arenales. Altos y raudos
pasaron los buitres cambiándolo todo: sólo carroña
dejaron abajo.
 
 
 
Tchamutete, marzo de 1976/
Variante de aplicación
del lanzacohetes antitanque
RPG-7B

 
Alguien descubrió,
simple matemática de Emc2,
que alineando siete hombres ante un paredón
se eliminarían todos de un solo cohetazo.
 
Aunque el lustroso RPG-7B no fue hecho exactamente
                        para eso
cumplió su cometido
con el único inconveniente del hedor
que tantos días después
aún emanaba de los pequeños trocitos de tejido humano
adheridos a los fragmentos de piedra.
 
 
 
Confesiones
 
Renuncié al puesto de persona sensata
para escribir frases inútiles y jugar con los locos:
ahora escribo silencios
para conversar con los muertos
–rumiando agonías y destellos–
y desando las aguas
cayéndome a pedazos en el día,
mordiendo el sol que debe estar esperándome
cuando muera,
porque también cuesta la vida querer ser uno.
 
Se me agobian los cansancios,
se me mueren los muertos,
escribiendo silencios.
 
 
De Memorias de la bestia (1998)
 
 
 
Autorretrato a los cuarenta
 
No es lo tuyo poesía sino sombra
que duerme su muerte entre las hojas
de tanto libro inútil
y este atardecer repetido,
cenizas que se avientan espantadas
cuando sale el sol sobre la página.
 
No eres poeta sino escribiente de actas,
oficinescas e infamantes,
de aberrantes sucesos desgraciados.
 
No eres ni torre, ni planta, ni gusano,
apenas una voz ronca,
sólo un ladrido sin perro.
 
La poesía yace aquí ahora
en las tablas de las gavetas,
perseguida y arrancada de los cuadernos inconclusos,
ignorada por los que apacientan
vacas con hojas de ignominia.
 
Tanto mundo en el corazón se fue al carajo:
los dioses nunca volvieron
y ya no hay tiempo para poetas fracasados.
 
 
Estos textos pertenecen a la recopilación Cuasipoemas (Valparaíso, Chile 2005)
 
 

Raúl Tápanes López
(Matanzas, Cuba, 1953- Miami, 2017)


 

Raúl Tápanes López (Matanzas, Cuba, 1953- Miami, 2017). Editó desde 2000 la revista de poesía Arique. Publicó De la desesperanza y otros poemas (México, 1999), Antología de la poesía cósmica de Matanzas, Cuba (México, 2003), Reiteraciones o Peregrino al borde la tierra (Valparaíso, 2007) y Protoidioma, poesía y muerte en Arique 2003-2010 (Washington DC, 2011), entre otros. Curador y organizador de las exposiciones De La Habana a Buenos Aires: cuatro pintores, una visión cósmica (2003) y Proyecto itinerante de pintores cubanos y chilenos (2007-2008), en galerías de La Habana, Buenos Aires, Miami y Santiago de Chile.

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Esta entrada fue publicada el 15/01/2018 por en Poesía.
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