Revista Conexos

Una revista de arte y literatura, sin fronteras generacionales ni geográficas

Los libros de Juan Martín en un complot de silencio

ENA COLUMBIÉ


 

A Juan Martín se le conoce fundamentalmente por ser el fundador y director de NAEMI (National Art Exhibitions of the Mentally III inc. Una organización sin fines de lucro, con un trabajo hermoso dedicado a descubrir, estudiar, promocionar, exhibir y preservar el arte de personas de todo el mundo que sufren enfermedades mentales. Su objetivo es ofrecer oportunidades en las artes para la recuperación de casos con tales padecimientos. Para ello, NAEMI ha colaborado con corporaciones internacionales, medios de comunicación, comunidad y agencias gubernamentales, financiando y promoviendo exposiciones de arte. Ha colaborado con museos locales, nacionales e internacionales y organizaciones para exponer, discutir y promover a los artistas. Ha ejecutado la exposición anual de NAEMI durante los últimos 29 años que serán 30 en el 2019, con la cooperación de mentores, organizaciones de consumidores y otros grupos interesados en el desarrollo de programas de Artes. Ha editado y publicado varios libros, catálogos de las obras de los artistas miembros de la fundación y ha sido consejero en Miami Behavioral Health, centro de servicios humanos para personas que sufren de trastornos de abuso de sustancias y salud mentales. La pasión puesta en este trabajo de tiempo completo, porque se realiza con el sentimiento, enmudeció su primera gran pasión, en la que se auguraba una cúspide: La poesía.
  La obra poética de Juan Martín consta de seis libros, Hasta que el tiempo estalle (Ediciones Universal, Miami, 1987), Soliloquios del Amor y la Muerte (Editorial Playor, España, 1990), Vigilia de Orfeo (Tepemarquia, Gran Canaria1999) Premio Poesía Pedro Marcelino Quintana; Ausencias diarias, (La garúa, Barcelona, 2005); Como una sombra de mí mismo (Huerga & Fierro editores, Madrid 2010) y Los días de las horas (Huerga & Fierro editores, Madrid, 2012) Premio Internacional de Poesía, Luys Santamarina-Ciudad de Cieza 2012.
Los libros de Martín están sellados por un complot histórico de silencio, una severa venganza de la palabra, por el abandono del poeta al preferir su fundación NAEMI; pese a todo, su voz sigue siendo cálida, cotidiana, con un lenguaje hermoso en su sencillez, en su brevedad. Sus poemas siguen hechizando por su simpleza y poder.
  Los poemas eróticos persiguen la línea de la poesía modernista que desafían las convenciones sociales. Hablan del cuerpo y de la sexualidad de una forma abierta. La poesía erótica es el fruto del deseo, el reflejo a través del lenguaje, una mutación de la libido; es la ilustración social del hecho transgresor y natural de la cópula y su trabajo preambular. Juan como los antiguos bardos, lanza su poesía amatoria y erótica haciendo mella en el lector.
 
 
Sobre un verso de un poeta español
 
Supe que te amaba
por la íntima desazón
el palpitar de la luz
y por el ritual de las sábanas.
Supe que eras desnudez contrincante,
pecho donde el amanecer
levanta inefable su voluptuosidad
incierta, oscura.
Supe que el fondo de tu mirada
me ofrecía un abismo
y el deseo que no desea morir
Sabes que te quiero
por la soledad de tu misterio,
por la fiesta de tu presencia amada
como única prueba del mundo.
Somos la melodía sencilla,
revés del paraíso,
una caricia enredada
en la piel ardiente de una frase oculta.
 
 
(Ausencias diarias, 2005)
 
 
 

También es el sentimiento, la idealización, el impulso humano de entrar en los confines del propio deseo y decirlo estéticamente. Porque la poesía es el lenguaje tangible de los cuerpos.
 
 
 
XXVII
 
Todo el mundo dice que son
caderas, saliva,
nalgas, labios mojados
pero yo veo que son
palabras
palabras saliva
que arden
y que recuerdan
el alma de los cuerpos.
 
Palabras fantasmas que tiemblan
palabras
subiéndonos hasta el éxtasis
orgasmo
que grita
palabra.
 
 
(Los días de las horas, 2012)
 
 
 

La erótica de Martín, como toda su obra poética, tiende al humor y la ironía, incluso tratándose de temas serios o superficiales. Él no se permite ser cursi, pero sí sarcástico, sagaz y satírico, una mezcla atómica para cualquier lector.
 
 
 
Cegado por la epidermis erótica
 
Amo a esa mujer
por su belleza elocuente
por sus nalgas engañosamente inocentes
por sus ojos que anuncian
que está ready para cualquier juego.
Amo a esa mujer
por el glamour que no tiene
por Champs-Elysées de Guerlain.
Amo a esa mujer tan desnuda
por sus pezones fotogénicos.
Amo la lunática alquimia de su cuerpo
el espectacular ícono de su pubis.
Amo como un pendejo a esa mujer de Playboy
por ella soy capaz de gritar:
¡Viva la Reina!
¡Viva el Rey!
 
 
(Vigilia de Orfeo, 1999)
 
 
 

Los poemas son referenciales, pero no en la manera especulativa en la que los diletantes usan la poesía, sino como si al escribir viniera de las lecturas hechas, la música escuchada y dijeran aquí estamos, no puedes dejarnos fuera porque queremos alimentar tu palabra.
 
 
 
XIV
 
El que ha escuchado
el piano de Thelonious Monk
ha palpado el alba
en los ojos de un ciego
ha llevado de seguro
una vida de alfileres adentro
de la cansada piel que alaba
la caricia de las olas
los susurros de los náufragos.
 
El que ha oído
el piano de Thelonious Monk
cuando muere sabe
por qué en los manicomios
los locos visten de azul
y tienen acribillada
de corazones el alma
 
 
(Los días de las horas, 2012)
 
 
 
VI
 
Ahora ya conozco a Dios y al Diablo
Fue en Nuevo México
Dos locos cantando rancheras bajo el cielo añil de tu cuerpo
un terror silencioso
una noche oscura sin alma
una noche que nos mata de hambre
y la primavera alejándose de la nada de la vida.
 
La música eterna de John Coltrane
me retiene
demora el momento presente
tan solo el recuerdo del mar y la contemplación de tu belleza
 
Tengo miedo
Dentro de mí está Jackson Pollock.
 
 
(Como una sombra de mí mismo, 2010)
 
 
 
Fin del acto II
 
Mozart y su trampa perfecta a la razón
mientras intentaba olvidar a la maldita muerte que aguardaba
tocando su miembro fláccido
jugando con tres bolas negras de billar.
Desde el jukebox se oía otra vez esa canción sentimental
la de la puta abandonada.
Y blasfemaba como el gran inquisidor
musitando poemas de Ezra Pound
o Dylan Thomas.
Ni cerveza, no Wisky, ni un bar
sólo legiones de protestantes renegados.
 
 
(Como una sombra de mí mismo, 2010)
 
 
 

La poesía en general, toda, está llena de locura; de locos y apasionados amantes del lenguaje que se sienten atraídos por diferentes temas. Como la misma locura y el suicidio. El intimismo poético provoca al individuo a complicar su mundo psíquico utilizando parábolas para fabular el mundo surrealista y simbólico del poeta, y ahí se mueve él en inquisiciones solitaria entre la locura y el suicido, el dolor de la pasión y la solución. En todos los poemarios de Martín pueden leerse estos temas que no nos dejan indiferente a ese tema.
 
 
 
XII
 
Y siempre la locura
Esa sed del más insomne
pintando pesadillas.
Yo y mi deseo:
Enterrar la creación de Dios
La oscura magia engañosa
Los muertos que habla a través de mí.
 
 
(Como una sombra de mí mismo, 2010)
 
 
 
XVIII
 
Yo los saludo
Poetas que se llevan una pistola a la boca
danzando en la majestad fiel de la rabia.
(siniestra embriaguez del desterrado en un laberinto de sombras
 
Estoy sordo a lo lógico de la lógica.
Total control denial of the accident.
 
 
(Como una sombra de mí mismo, 2010)
 
 
 

Y por último para no extender el comentario sobre este magnífico poeta, es bueno señalar su vigencia. Tanto el lenguaje como los temas se mantienen actuales gracias en gran medida a la sencillez y la parquedad con que escribe.
 
 
 
Intima Memoria
 
Los poetas vegetarianos comen orgánicos muffins
Y coliflor all you can eat en los restaurantes Krishna
Pero ayer oí
que un poeta que no comía mierda orgánica
ni escribía ripios con zanahoria
inclinó la cabeza por última vez sobre un libro de poemas
de John Donne
por última vez miró a la página escrita
el final golpe de la última palabra
lo alcanzó con la mejilla apoyada en el verbo
Dionisios es el único que sabe por qué.
 
 
(Vigilia de Orfeo, 1999)
 
 
 

Hay mucho que contar sobre la poesía de Juan Martín, la utilización del tiempo y los lugares, el tratamiento de la indigencia, los amigos presentes en los versos, la narración que existe dentro de cada poema y que no se limita a presentar, sino que cuenta; los juegos intertextuales, etc. Cada libro escrito merece un análisis y la obra en conjunto uno mejor que esto, más acucioso, que demuestre la verdadera valía de este poeta.
 
 

Juan Martín
(foto: Ena Columbié)


 

Ena Columbié
(foto: Germán Guerra)

Ena Columbié, Guantánamo, Cuba. Poeta, ensayista, crítica, narradora, diseñadora y artista. Licenciada en Filología. Ha obtenido numerosos premios en crítica literaria y artística, cuento y poesía. Ha publicado los libros: Jazz (Aduana Vieja, 2018), Sepia (Betania, 2017), 13 poetas (Hypermedia. Selección, edición y prólogo, 2017), Dossier Mireya Robles (La gota de agua. Selección, edición y prólogo, 2017), Luces (Editorial Silueta, 2013), La luz que conduce a los poetas (Alphabeta. Selección, edición y prólogo, 2013), Isla (Alphabeta, 2012), Solitar (Alphabeta, 2012), Las Horas (Strumento. Selección, edición y prólogo, 2011), Ripios (EntreRíos, 2006), Ripios y epigramas (Génesis, 2001), El Exégeta (El mar y la montaña, 1995) y Dos cuentos (Ediciones Talleres, 1987). Obras suyas se encuentran en otras publicaciones como: La crónica más larga: periodismo cubano en el exilio (España, 2016), Antología de la poesía cubana del exilio (España, 2011), La Mujer Rota (México, Poesía, 2008), Muestra Siglo XXI de la poesía en español (España, 2005), Viendo caballos rojos bajo el mar (Cuba, Cuento, 2004), Epigramas (Cuba, Poesía, 1994), Lauros (Cuba, Poesía, 1989), Lenguas Recurrentes (Cuba, Poesía, 1982) entre otras. Codirige las editoriales EntreRíos y AlphaBeta. Ha colaborado en las publicaciones: Diario de Cuba, Cubaencuentro, La Araña Pelúa, The Big Time, Decir del agua, Linden Lane Magazine, La zorra y el cuervo, Revista Nagari, Revista Conexos, Revista Suburbano, La Peregrina Magazine; escribe para El Nuevo Herald.

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Esta entrada fue publicada el 24/11/2018 por en Poesía, Reseña.
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