Revista Conexos

Una revista de arte y literatura, sin fronteras generacionales ni geográficas

Li Tai Po y otros poemas

MICHELL PÉREZ ACOSTA

 
Li Tai Po
 
Se ve algo
– le nombro recurso –
sobre las cabezas de Li Tai Po y el dinástico Tang
un bolsón transparente con dejes de aureola que los embelesa.
De tal manera se representa en el lienzo a estos
de tal manera se pretende aligerar el peso de las estaciones.
Li Tai Po es alguien quizá no apto del todo para enfrentar la vida
sus meandros
Enfría el cuerpo bajo la noche desnuda del Oriente
vacila
comparte esquivo en la taberna
un banco de rústica madera.
El Tang de turno firma decretos
saborea manjares de la India
reposa sobre la seda y el terciopelo
protege las fronteras con batallones de muertos.
Li Tai Po pierde los dientes mascando tofu
goza del vino
viaja en una mula incansable como él
graba su huella en el polvo de los caminos.
El Tang de turno corteja a Yang Guifei
le ofrece lichis
le corta la cabeza y pierde la suya.
Li Tai Po desposa a cuatro mujeres
muere en una garganta del Yang-Tsé
abrazado al reflejo de una luna que se lo lleva río abajo.
 
 
 
Puerco
 
Como las tripas del cerdo que paga con su vida el festejo impropio
me guindo a la rama del flamboyán
y mezo en ella
a la manera del viento las vísceras humeantes
mi cuerpo sin contrafuertes
sin bóveda
sin catedral
como un sarcófago de colores que al vacío pende
mientras florece la rama del flamboyán.
 
 
 
Pantano
 
Ella regresa de algún sitio
donde todo gesto humano
pueda quedar impreso al sol
como un grabado de Goya.
Donde se le permita desplegar el cuerpo como un tapete
sobre la arena
donde las plataformas de petróleo
no puedan verse desde los bungalós
y el viento la despeine frente al mar.
No le falta un codo en la vestidura del vehículo
a este regreso
un antebrazo que se extiende hasta una mano donde se apoya
la barbilla de un rostro cubierto por lentes oscuros
que diluyen de prisa la tarde para ella.
No le falta a este regreso
un espejo lateral dispuesto a repetirla
una escolta de cipreses.
Por una carretera que a ratos pisa la hierba que se afinca sobre el pantano
ella regresa de algún sitio con marismas
del consuelo que tuvo en esa oquedad bajo una hilera de palmeras.
Es bucólica la estampa y cabe un amante
y caben hijos
y cabe una réplica de la felicidad.
 
 
 
Retazos
 
Así como la huella del neumático se empotra en el asfalto,
o semejante al hacha que corta la madera,
de igual forma se incrusta a tus ojos el paisaje.
Cubres el hambre de tus heridas
con retazos de lugares
donde alguna vez creaste para ti otro mundo.
Y así comienza tu memoria a fragmentarse
a hilvanar las esquirlas que te devuelven
a las tardes de daguerrotipo.
El camino es una sierpe con forro de lentejas
la trompa hecha cantero de flores de un elefante bajo el lodo
un sitio para arqueólogos
el engrudo de colores que a la orilla del sendero
trenza en los árboles el otoño
y sella el iris
mientras regresan las diapositivas a tu memoria.
Tu pensamiento es un proyector a veinticuatro cuadros por segundo
son tantos los encuadres
que ya avanzas entre dos paredones de saetas.
Ni siquiera los puentes alcanzan para tanta corriente
para tanto río de Heráclito,
para tanto suicidio.
Sueltas amarras porque sabes que el viento
calma será
esta lluvia de hoy
mascarilla de polvo sobre tu ausencia
tu ropa hilachas en la cola de un papalote dominical.
Algo lúdico trasciende a toda cuenta progresiva.
La eternidad es tal vez un niño
o intentarlo
aunque te rindan.
Nadie preguntará por ti mañana y sin embargo
no te duele la fuga de las estaciones
sino la lluvia cuando rebota
el viento de tramontana que traspasa tu piel mientras un sol marchito
da los primeros pespuntes a la noche.
Sirva como parte de la viñeta el hot dog que Ignatius Reilly
haría estallar contra tu rostro de nadie.
Y sirva también lo que nos abandona.
 
 
 
Musgo
 
Motivo para nostalgia
esto de saber que los pensamientos atraviesan
igual que yo la ciudad
de un hemisferio al otro del cerebro
sin dejar traza.
Y que en el sitio donde antes estuvieron
quedó
aunque nadie lo advierta
un hueco para siempre.
Y que allí a donde van en el otro hemisferio
espacio tendrán aunque nadie lo ceda.
Espacio vasto
– parecido al que ocupa esta ciudad donde mi huella es infértil –
cuando el musgo brote.
 
 
 
Grieta
 
Similar a una grieta telúrica en formación
como una tabla el cuerpo se rajó.
C/rujía mientras.
Al verlo
el recuerdo de la queja de una grieta telúrica en formación
ayudó a moldear criterio
sonoro al menos
del hecho.
Siendo así
la evocación permitió superar
sin sobresaltos
el efecto resultante del contacto visual
con un cuerpo que se desmiembra
como si fuera una tabla que se raja
y c/ruje
similar a una grieta telúrica en formación.
 
 
Estos poemas pertenecen al cuaderno inédito Downtown.
 

Michell Pérez Acosta
(foto: cortesía del autor)


 

Michell Pérez Acosta (La Habana, 1970). Ha ganado premios literarios en el género de Poesía en Cuba y España. Textos suyos aparecen en antologías, revistas literarias y otras publicaciones periódicas de Cuba, España, México, Costa Rica y Estados Unidos. Fe voluble obtuvo Mención en el Concurso Internacional de Poesía Lamás Médula (Buenos Aires, Argentina, 2013). Ha publicado: Pasajero del invierno (2001) y Fe voluble (Edidorial Silueta, 2016). Es Licenciado en Historia por la Universidad de La Habana.

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2 comentarios el “Li Tai Po y otros poemas

  1. Maria Fernandez
    25/11/2018

    Espero que «Downtown» salte pronto de lo inédito a lo público. Excelentes poemas, Michell.

  2. Pippo Bunorrotri
    25/11/2018

    👏👏👏

Los comentarios están cerrados.

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Esta entrada fue publicada el 24/11/2018 por en Poesía.
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